Después de apenas tres preguntas, el técnico de la Selección Mexicana, Gerardo Martino, tomó su chamarra y se retiró de una improvisada sala de prensa en su hotel de concentración en Girona. La esperada previa al último amistoso antes de la Copa del Mundo, se convirtió en uno más de los avisos de despedida de El Tata.
Esta lúgubre conferencia había sido anunciada para llevarse a cabo en el Estadio Montilivi, en donde México enfrentará hoy a los suecos. Sin embargo, de un momento a otro se cambió para llevarse a cabo en un salón del hotel del equipo nacional. El lugar era lo de menos realmente, lo que se esperaba era la interacción con el estratega para buscar darle salida a los temas que había en relación al equipo, la lista final, los ausentes, los “J(G)Giménez”, etc.
Pero Martino solamente cumplió con aparecer y listo. Después de esa tercera respuesta se levantó y se fue. Hoy al Tata ya no le interesa buscar abrir comunicación o tener relación con los medios mexicanos; hoy sólo quiere cumplir con lo que resta de su contrato e irse para Argentina, en donde ya lo esperan, o al menos, eso es lo que dice la gente de Boca Juniors.
Ayer vivimos otro episodio de la despedida del estratega nacional a México, en lo que pudo ser una mucho mejor relación, más perfilada a lo que llegó a ser en su primer año y medio de gestión. Martino sabía perfectamente por dónde tendrían las preguntas y contestó las que consideró necesarias, porque entendía, además, que la conferencia podría subir de tono. Claro que tener esta conferencia, unas horas después de entregar la lista final para Qatar, no era el mejor escenario, pero las mismas preguntas que le harían en Girona se harán en el Estadio 974 o, quizá, con esto vengan peores.
Seguramente en Qatar, apoyado en los lineamientos FIFA que conoce perfectamente bien, Martino buscará tener el menor de los acercamientos posibles con los medios. Sin embargo, hay algo que no podrá controlar y son las zonas mixtas al final de los partidos.
El Tata es uno de esos entrenadores a los que no les gusta que sus futbolistas hablen, y en México -a decir verdad- esa medida cayó bien en el grupo, porque a los jugadores tampoco les gusta hablar, lo que no significa que habrá que tenga que dar la cara después de los duelos ante Polonia, Argentina y Arabia Saudita (más lo que lleguen a acumular si avanzan).
Así como antes de tomar el avión a España les avisó a sus futbolistas quienes estarían en la Copa del Mundo y no engañó a nadie, hoy Gerardo Martino tampoco engaña al mostrar que sigue en su proceso de despedida de México y los mexicanos.
Sin saber hasta dónde le dará su capacidad para que este equipo recupere la memoria futbolística, pero, claro, en que no volverá a nuestro país, después de su participación en Qatar 2022.
Se va El Tata y las preguntas son: ¿Cómo se irá? ¿Se irá con el quinto partido? ¿Se irá con el absoluto fracaso de no pasar ni de grupos?
POR GERARDO VELÁZQUEZ DE LEÓN
COLABORADOR
@gvlo2008
MAAZ