Columna invitada

Voluntad política y eficacia policial

Resultados: captura de 118 objetivos prioritarios; dos mil 500 operaciones han dejado dos mil 900 detenidos

Voluntad política y eficacia policial
Salvador Guerrero Chiprés/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Una mujer comanda la estrategia de seguridad con mejores resultados del país y un equipo de profesionales despliega la plataforma operativa en que se fundamenta el resultado: la CDMX es de las siete entidades más pobladas, la que tiene mejores indicadores en los últimos cuatro años.

Género, políticas públicas, coordinación, seguimiento, eficiencia institucional concretada en cateos y detenciones, así como oportunidades para la mejora de la percepción son visibles en un proceso que requiere participación ciudadana para la denuncia y, por supuesto, en prevención autogestiva y también comunitaria.

Sin restar méritos a otros factores, la inteligencia policial o inteligencia criminal —como la llaman teóricos en referencia a la capacidad de conocer y anticipar las actividades delincuenciales— se constituye como elemento central en la reducción de la incidencia delictiva en la CDMX. Una vertiente de la teoría clásica de inteligencia, desarrollada por Sherman Kent en su libro Strategic Intelligence for American World Policy, la asocia como una herramienta exclusiva de la seguridad nacional, que en el caso mexicano fue destinada a labores de combate al crimen organizado.

En la capital nacional, la inteligencia policial estuvo concentrada en “hacer presencia” para disuadir la actuación de los delincuentes o en reaccionar una vez que se perpetró el hecho delictivo.

Las detenciones en flagrancia o cuasi flagrancia —una figura erradicada al permitir capturas incluso después de varias horas de ocurrido el ilícito sólo por la sospecha o señalamiento de un “testigo”— fueron la constante durante años.

La ausencia de inteligencia policial condujo, y aún lleva en algunas entidades del país, a un abandono por parte de las policías estatales y municipales del combate al crimen organizado, bajo el supuesto de ser responsabilidad federal.

Romper el paradigma, como lo hizo en la CDMX la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, al proponer reformas que ampliaron las facultades de investigación a las y los policías capitalinos, permitió a una de las corporaciones más grandes de América Latina realizar inteligencia policial. 

Esta semana, al comparecer ante el Congreso local, el titular de la SSC, Omar García Harfuch, mencionó que en la construcción de una ciudad más segura un factor relevante fue esa facultad.

Resultados: captura de 118 objetivos prioritarios; dos mil 500 operaciones coordinadas con la FGJ que han dejado dos mil 900 detenidos; 51 operativos con fuerzas federales con 91 aprehensiones, números que enmarcan una disminución de 60 por ciento en homicidios dolosos, de 69.4 por ciento en robo de auto con violencia y de 50 por ciento en robo de auto sin violencia. La oposición está en su derecho de intentar la separación de méritos de la gobernante respecto del jefe policial, pero podría errar: no hay buena policía sin determinación política y valentía de la gobernante.

POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS

Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México 

@guerrerochipres

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