El presidente de Rusia, Vladimir Putin, está perdiendo el control al interior y al exterior de su país como consecuencia de las derrotas recurrentes de sus tropas en Ucrania, al grado que decidió atacar a civiles ucranianos de manera indiscriminada, lo que marca una nueva faceta en esta invasión bélica.
En abril de 2021, el mandatario ruso firmó una reforma constitucional que le permite permanecer en el poder hasta 2036, pero eso hoy parece cada vez más lejano, sobre todo, porque los rusos están más molestos con la guerra que inició en febrero contra Ucrania.
Ante los recurrentes fracasos que han sufrido las tropas rusas en el campo de batalla, el mandatario decidió llamar a 300 mil reservas civiles para ampliar sus tropas y cubrir la ola de deserciones cada vez más recurrentes, lo que provocó protestas masivas y un éxodo que no ha podido contener.
El diario británico Daily Mirror recogió declaraciones de expertos que ven cada vez más posible “una sublevación de la cúpula militar rusa”, lo que propiciaría la caída del gobierno de Putin antes de Navidad, una hipótesis que coincide con lo planteado por Armand Gosu, historiador rumano experto en Rusia.
El pasado fin de semana, el puente que une a Rusia con Crimea –que le fue arrebatada a Ucrania en 2014– y abastece a las tropas rusas en combate fue atacado e inhabilitado, lo que provocó la ira de un Putin fuera de control, quien acusó a Kiev de terrorista, una declaración que parece un chiste saliendo de la boca del mandatario ruso.
En respuesta, inició una ofensiva contra varias ciudades donde los civiles ucranianos hacen su vida normal –entre comillas–, asisten al trabajo, hacen sus compras y niños y jóvenes van a sus escuelas, la pregunta es: ese ataque con 83 misiles ¿cómo se llamará? ¡Bombardeos de paz!
No sólo eso, a medida que el Ejército ucraniano va recuperando territorios ocupados por Rusia se va desvelando la ola de atrocidades, no sólo a civiles adultos sino también a niños, que después fueron enterrados en fosas comunes. Pero al zar ruso le tumban un puente y habla de terrorismo.
Es cierto que como se ha venido desarrollando el enfrentamiento bélico, es muy claro que Ucrania aprendió la lección de 2014, cuando Rusia se anexionó a Crimea, por eso hoy con una renovada estrategia va ganando la guerra a uno de los ejércitos, que se supone, es de los más poderosos del mundo.
Claro, sin olvidar que Occidente le está abasteciendo de armas al Ejército ucraniano.
Sin duda, hoy lo que más preocupa es que si un “lobo herido es capaz de atacar con todo”, qué pasará con un dictador herido que necesita que lo vea el mundo como un poderoso conquistador y, peor aún, si tiene a su disposición armas nucleares de destrucción masiva.
Lo único real es que él ya es una víctima de su guerra, la estabilidad, poder y popularidad que presumía se están derritiendo; eso puede provocar su salida. Pero pase lo que pase nunca volverá hacer lo mismo para Putin.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
MAAZ