Hace unos días caminaba por el Zócalo de la Ciudad de México en compañía de la familia y disfrutamos lo último que quedaba de los arreglos con motivo de las fiestas de diciembre y de fin de año. Frente al edificio del antiguo ayuntamiento, sede del gobierno capitalino, se arremolinaba un grupo de personas tomando fotografías a un singular hombre. Con cubrebocas y una gorra el hombre, joven en realidad, portaba un cartel de color naranja que en letras negras decía: "Si dos años de pandemia no te han enseñado nada, ¡Fuck you!" El intenso mensaje y el singular personaje que lo portaba recorría todos los rincones de un zócalo y era fotografiado por turistas y capitalinos que en su mayoría ya no portaban el cubrebocas. Entre risas y expresiones de asombro, el hombre posaba para los cientos de ojos que lo miraban. Pero más allá del divertido momento, el mensaje lleva una profunda realidad, no hemos aprendido nada en dos años de pandemia. Desde una posición política federal que busca a toda costa minimizar los efectos del coronavirus con todas sus variantes, hasta una sociedad desesperada por el encierro, depauperada por la parálisis económica, han provocado una especie de rebelión social para realizar lo más normal posible nuestras vidas. El resultado, un enorme repunte de casos durante el año 2021 y una bienvenida del año 2022 con un preocupante crecimiento de casos de coronavirus en su variante ómicron que ya arroja datos que superan los 20 mil casos por día. Da la impresión de que estamos como hace dos años, al principio de la pandemia, sin aceptar los riesgos que implica contagiarse una, dos y hasta tres veces de la misma enfermedad. Parece que no hemos aprendido nada en estos dos años de pandemia, cuando un gobierno federal asegura que con la nueva variante de coronavirus no hay ninguna preocupación al no haber incremento de hospitalizaciones ni de fallecimientos. Un sistema de salud que no quiere ver los efectos de este padecimiento, el COVID 19, a mediano y largo plazo, sus efectos en el sistema nervioso central, lesiones cerebrales, afectación irreversible en las capacidades pulmonares. El Centro Nacional de Estadísticas de la Salud de Estados Unidos reveló en julio de 2021 que la esperanza de vida para los latinos en ese país se redujo tres años, al bajar de 81.8 años a 78.8 años como máximo. Decir que no pasa nada con el coronavirus, no sólo es una posición irresponsable, es la más clara muestra de que no hemos aprendido nada, de que las sociedades, principalmente las del tercer mundo, no quieren aceptar que tendrán que destinar mas dinero a sus sistemas de salud para mantener una calidad de vida prepandemia. Aun esta muy lejos el fin de la pandemia.
Corazón que sí siente
El año 2022 es un año de retos. No será fácil, pero en cada reto habrá una nueva oportunidad. Les deseo lo mejor para este año que inicia.
POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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