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Las malas políticas tienen consecuencias

Las malas políticas económicas tienen consecuencias, y graves. Aunque estas consecuencias pueden tardar décadas o lustros en materializarse

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las malas políticas económicas tienen consecuencias, y graves. Aunque estas consecuencias pueden tardar décadas o lustros en materializarse, estamos, para bien o para mal, viéndolo suceder en tiempo real. No todo lo que ha hecho este gobierno es catastrófico, sin duda si uno busca hay algunos ejemplos positivos, pero su política energética y particularmente eléctrica está ya causando estragos más graves de lo que se pensaba.

Un ejemplo clarísimo es lo que está pasando con la industria automotriz en México. Una industria en la que solíamos ser bastante buenos, llegando a ser de los principales productores y exportadores del mundo hace unos años.

De acuerdo con las últimas cifras del INEGI, las exportaciones de coches de noviembre 2021 (240,341) fueron las más bajas desde 2015 (223,797); mientras, las acumuladas del año, aunque ligeramente superiores a las del 2020, están 21 por ciento por debajo de las de 2019 y los datos de producción no son muy diferentes.

El lugar común hecho respuesta de los relativizadores de este gobierno es que el mundo está en crisis y pues no se podía esperar otra cosa. Pues no parece ser el caso.

La semana pasada, cuatro armadoras de vehículos eléctricos chinas reportaron que duplicaron o incluso triplicaron sus ventas frente al 2020; Tesla reportó que vendió casi un millón de vehículos en 2021 creciendo sus ventas 87 por ciento y disparando una vez más sus acciones; y antier Ford anunció que va a duplicar la producción de la nueva F150 eléctrica que disparó su acción más de 10 por ciento en un solo día.

Y no es solo en el sector automotriz. Los centros de manufactureros asiáticos y europeos están en auge y produciendo como nunca. Mientras, el índice de Manufactura elaborado por IHS Markit lleva contrayéndose 22 meses.

No, no hay una crisis económica global, y sobre todo no en la manufactura o la industria automotriz a pesar de la falta de microchips y los problemas de suministro. Si acaso, hay un sobrecalentamiento por el boom de demanda post pandémico. Pero en México sí tenemos una crisis en este y varios sectores más por las decisiones del gobierno, particularmente su política energética.

Entre decretos, propuestas de ley y ahora segundo intento de reforma constitucional, el gobierno no está más que cavando un hoyo y afectando a los pocos sectores de la economía que funcionaban. Y esto ya no es especulación, ya lo indica una empresa como General Motors, por el momento no invertirán en México porque la política de este gobierno va en contra de las energías renovables y la empresa tiene el mandato de reducir sus emisiones.

En las próximas semanas se volverá a discutir en el congreso la contra reforma eléctrica. Habrá un parlamento abierto donde una vez más los legisladores harán como si escuchan la opinión de expertos y partes involucradas. Al final, si pasa o no pasa, y qué pasa, dependerá de la relación de fuerzas adentro del PRI y que tanto sean capaces desde el gobierno de apretar a su dirigencia o a los diputados individualmente.

POR JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAST

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