En la última entrega del 2021 escribí acerca de los comicios electorales que se llevarán a cabo en el transcurso de este año y cómo llega a afectar a todas las naciones del orbe, mencionando que el mundo político gira más rápido que el de Galileo. Siguiendo esta aseveración -la cual me parece que es correcta-, el mundo económico gira más rápido que estos dos y está mucho más imbricado. Es decir, el alza del precio del gas al este de Europa, representa una subida de precios en los insumos dentro de nuestro país de manera casi inmediata.
En este tenor, el comienzo del año 2022 pareciera poco esperanzador en materia económica, pues los retos respecto a la tan ansiada recuperación en las distintas regiones aún se encuentran lejos de una estabilización. La variante Ómicron es una de las causas para que en algunas partes del mundo hayan vuelto a los cierres de actividades como medida de prevención para los contagios. Pero no es el único motivo de preocupación, ya que el mundo científico alcanza a observar que esta mutación de la Covid-19 es más contagiosa, pero menos mortal… a los mercados. Sin embargo, el mundo de la Salud se comienza a preparar para los distintos cambios en el virus y sus posibles niveles de gravedad, especulación que también afecta en el ámbito de la economía.
Las noticias de que las mayores potencias económicas, como China o Estados Unidos, se sigan contrayendo o que no alcancen los pronósticos de crecimiento esperado, no son para nada un buen augurio para la economía mundial y mucho menos para nuestro país. Mientras que en China se prevén cierres en los puertos más importantes para la transacción de productos, como en el caso de Ningbo; en el país vecino la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), no se muestra muy optimista respecto a la recuperación y, en este momento, sus mayores esfuerzos son para contener la inflación.
Aunado a lo anterior, sabemos que el principio de cada año impacta a los bolsillos de la mayoría de los habitantes del planeta, pues en algunos casos los excesos de fin de año deberán de ser soportados en los albores del nuevo año; los reajustes macroeconómicos también se realizan durante este periodo; así como los pronósticos de inflación son más palpables durante la famosa “cuesta de enero”. Esto sucede cada año, empero, según las y los expertos, esta cuesta de 2022 será un poco más empinada que en los últimos 20 “eneros”, debido al incremento en el precio que han tenido los productos básicos, así como las pérdidas de empleos y falta de apoyos gubernamentales (en algunos países…como el nuestro).
Sin embargo no todo es malo, hoy nos encontramos ante un gran consenso planetario en que este año que recién comienza tendrá que ser el de la recuperación económica. En la arena local es una buena noticia el incremento al salario mínimo en un 22 % (de 141.70 a 172.87 pesos diarios), con lo que se intenta recuperar el poder adquisitivo de las y los trabajadores de nuestro país. De igual manera, las proyecciones económicas por parte de la Cepal para la región y para nuestro país nos colocan con un 2.9 % de crecimiento, pronósticos alcanzables y reales.
POR ADRIANA SARUR
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