MALOS MODOS

Los tragasapos y los tiranos

Abunda la literatura sobre las relaciones de entrega fanática o complicidad inmoral que los artistas e intelectuales establecen con los poderosos

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Abunda la literatura sobre las relaciones de entrega fanática o complicidad inmoral que los artistas e intelectuales establecen con los poderosos y, más ampliamente, con los sistemas autoritarios, antidemocráticos, totalitarios. Sin detenerme mucho, les recuerdo The Reckless Mind de Mark Lilla, que habla de la fascinación por el nazismo o el bolchevismo en figuras como Walter Benjamin, Heidegger o Foucault; el Diario de Mihail Sebastian, con los devaneos fascistas de Mircea Eliade y Cioran; Pasado imperfecto, de Tony Judt, sobre la entrega de la intelectualidad francesa al horror comunista, con Sartre a la cabeza; o, claro, La traición de los clérigos, de Julien Benda, al que le debemos una de las primeras y más lúcidas alarmas sobre la seducción del sádico disparate leninista. 

Me vienen a la cabeza estos libros porque noto que empiezan a discutirse las penosas relaciones de ciertos artistas e intelectuales mexicanos con el obradorismo. ¿Ayuda la bibliografía mencionada a entenderlas? En términos generales, no, por dos razones. La primera es que la 4T no está ni cerca de las formas tiránicas de aquel siglo XX: es una versión light y malechota. La segunda es la diferencia abismal de los intelectuales en cuestión. Digo, en el siglo XX sucumbieron a la tentación totalitaria, aparte de los mencionados, Ezra Pound, García Márquez, Neruda, Cortázar o Jünger. Con la 4T tenemos a un par de columnistas de El Chamuco, a Pedro Salmerón y lo que queda de Lorenzo Meyer. Con todo, aquellos casos pueden ser útiles para entender las trampas argumentativas que aplicas o te aplicas para justificar lo injustificable, la mezcla de cinismo y fe que necesitas para activarlas, los mil disfraces silogísticos de la cobardía, las posibilidades inagotables del deterioro intelectual. 

Dicho lo anterior, si andan con pereza lectora, repito esta invitación: lean “La relación entre los tragasapos y los tiranos”, de William Hazlitt. Inglés de finales del XVIII, experto en Shakespeare, socialista, entendió muy bien, sí, los principios de la entrega abyecta al hombre de palacio. Hay una edición de Ditoria, con elegante traducción de Jesús Silva-Herzog, de la que me robo un par de citas que ni mandadas a hacer. Primera: “Mientras más innoble sea el objeto de culto, más esplendorosos serán sus atributos.

Mientras mayor sea la mentira, mayor entusiasmo habrá al creer en ella”. Y esta, sobre nuestros “modernos apóstatas”: “Mientras deambulan tambaleantes y distraídos en busca del bien universal o de la fama universal, el ojo el Poder los contempla como la mirada de la providencia que no duerme y que vigila con un solo propósito: su propio beneficio. No se percatan al principio (…) Finalmente lo reconocen y se inclinan ante su luz sagrada. Y como un pobre pájaro que aletea, se acobardan”. 

POR JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09 

MAAZ