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El trasfondo en Morelos

Hemos visto una serie de acusaciones entre personajes de la política actual y del pasado reciente. Allí puede estar el origen del mal

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Lo que ha pasado en el estado de Morelos desde inicios de año, es un mal presagio para otras alternancias resultado de las pasadas elecciones o incluso para las que podrían ocurrir este 2022 en varios estados del país.

Un hecho incontrovertible es que el estado está viviendo sus días más violentos. De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mil 65 personas fueron asesinadas entre enero y noviembre del año pasado. Ha sido el periodo más violento en el último sexenio. En lugar de detenernos a observar este fenómeno, hemos visto una serie de acusaciones entre personajes de la política actual y del pasado reciente. Aunque allí puede estar la clave del origen del mal.

El gobernador Cuauhtémoc Blanco y el excomisionado de seguridad Alberto Capella, se acusaron esta semana de nexos con grupos criminales contrarios: Guerreros Unidos en el caso de Blanco, y Los Rojos, en el caso de Capella y del ex gobernador Graco Ramírez, de quien se dice traicionó a su líder, Santiago Mazarí Hernández “El Carrete”, quien poseía un teléfono celular en el que habría más de 10,000 audios que confirmarían vínculos entre el crimen y los funcionarios de Morelos, evidencia que supuestamente no habría sido reportada a la SEIDO por Uriel Carmona Gándara, Fiscal de Morelos, y a quien la FGR pidió desaforar por la probable comisión de delitos federales. El problema de Morelos no sólo es una cuestión de seguridad, es una operación política que busca neutralizar viejos adversarios y reacomodar intereses.

Algo que no puede obviarse es que Graco Ramírez es una presa en la mira del Presidente López Obrador, y que está buscando los tiempos correctos para hacerlo caer, o al menos a sus más cercanos; El respaldo a Blanco desde Palacio Nacional, dicta la línea que seguramente tomará la justicia.

El gobernador de Quintana Roo Carlos Joaquín González, emanado de la alianza PRD-PAN, destituyó en noviembre de 2020 a Capella como secretario de Seguridad Pública. Graco Ramírez apoyó a Carlos Joaquín desde que era candidato, la cercanía era evidente, lo que Graco no se imaginó, es que el gobernador se volvería un aliado valioso de la 4T por su abierto apoyo a las grandes obras del sur, llegando al punto de ser invitado a integrarse a la administración una vez concluido su mandato.

Habrá que ver también cuales son los argumentos y las pruebas que se presenten; Alberto Capella declaró que emprenderá acciones en contra de Blanco, una desde la vía civil por afectar su imagen, y la segunda de carácter más institucional que tendría que ver con Antonio Mazari, director del Instituto de la Defensoría Pública del Gobierno Morelos, advirtiendo en entrevista que saldrán más cosas que sorprenderán. Mientras tanto, quien ya se presentó en la FGR a pedir que se le investigué es Cuauhtémoc Blanco. Este es el inicio de un nuevo capítulo por la lucha política de Morelos, aún cuando de la seguridad parece no se ocupe nadie.

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CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ

@CARLOSZUP

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