COLUMNA INVITADA

2022

Hacer de los obstáculos temporales motores del porvenir, deber ser el motor que nos haga más fuertes

OPINIÓN

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Javier García Bejos / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El año ha iniciado en medio de otro capítulo más de la pandemia por coronavirius, que alarga su presencia ante el evidente cansancio de la sociedad. En todo el mundo los gobiernos tratan de tomar algún tipo de acción que medie entre el dilema de proteger la salud sin mermar a la economía, todo ello de la mano de ciudadanos que ya no están tan dispuestos al aislamiento y al encierro.

Las vacunas contra el virus de COVID-19, que mitigaron el curso de la pandemia durante el año pasado, siguen siendo protagonistas de las políticas públicas y de la nueva convivencia social, que implica cuidar a los demás, empezando por vacunarse uno mismo. En ese sentido, los espacios para los antivacunas se han ido cerrando en muchos países, sin embargo, la persistencia de ciertos grupos a no inocularse, ha complicado más el escenario.

Pese a ello, el mundo debe moverse y se mueve. El 2022 tiene que marcar un espacio para la recuperación económica global, acelerando el crecimiento y retomando la complicada agenda que enfrentan los países pobres y los sectores desprotegidos de las naciones, en donde el desempleo ha golpeado a la economía de las clases más desfavorecidas.

Los gobiernos enfrentan una nueva coyuntura, en donde las nuevas decisiones deben optar por aumentar el gasto público para reanimar las economías, más alejados de la ortodoxia de los equilibrios y más cercanos a los requerimientos que marca la agenda global, que sigue enviando mensajes de nuevos nacionalismos regionales, de populismo extravagante y de agendas alternas en los modelos económicos, presionados por el poco éxito que han tenido las clases medias en los años recientes.

La pandemia ha modificado para siempre la forma en que generamos productividad, la forma en que trabajamos, cómo nos movemos y cómo viajamos. Por ello, gobiernos, empresas y ciudadanos tienen que hacer de la adaptabilidad y tolerancia al cambio la más grande arma para enfrentar con éxito los retos en los meses y años por venir.

Tenemos que aprender a convivir con este, y con todos los virus que vengan. La adaptabilidad no puede ser un ejercicio aislado de la sociedad, si no que debe ser compartido y solidario, aprovechando tanto la tecnología como la expansión del conocimiento. Esa adaptabilidad es la vacuna y medicina para enfrentar los tiempos que vivimos y el éxito de nuestros emprendimientos, personales y comunes, irá de la mano de ese esfuerzo que se justifica desde la necesidad de las generaciones futuras por alcanzar niveles de progreso y bienestar, que son aspiracionales y hoy casi universales.

El 2022 nos plantea la oportunidad de reflexionar sobre lo que ha sucedido en los últimos dos años, ya que sin importar cuánto dure la pandemia y cuántas nuevas variantes ataquen constantemente la salud, mirar al futuro con las ganas de seguir rompiendo paradigmas, de adaptarnos y de hacer de los obstáculos temporales motores del porvenir, deber ser el motor que nos haga más fuertes, en lo personal y en lo colectivo.

POR JAVIER GARCÍA BEJOS
COLABORADOR
@JGARCIABEJOS

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