COLABORADOR

Vox y el PAN

Ya podemos hablar del affaire Vox en México, debido a la cantidad de pifias que el encuentro implicó. Un grupo de senadores del PAN se reunió con el inefable Santiago Abascal

OPINIÓN

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Pedro Ángel Palou / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Ya podemos hablar del affaire Vox en México, debido a la cantidad de pifias que el encuentro implicó. Un grupo de senadores del PAN se reunió con el inefable Santiago Abascal en el afán de impedir -como si estuviésemos en los años 50s- que el comunismo llegue a México. El líder del partido de ultraderecha español -o mejor decirlo desde ya, el partido fascista- ve en ello la oportunidad de ampliar la “marca” (ya incluso trabajó en crear y “patentar” su franquicia en las tierras Aztecas que tanto denuesta y en el país que él sigue insistiendo en llamar Méjico, con j). El aluvión de críticas al PAN por el encuentro, por signar la llamada Carta de Madrid, por hablar de algo tan abominable como la Iberósfera, no se dejó esperar. Sin embargo, pocos se han realmente deslindado del asunto. Alguna diputada de Querétaro incluso se tomó la foto con Abascal diciendo: “Pronto tendremos Vox México”, lo que seguro complació al líder español.

Para quienes hemos estudiado o padecido a la ultraderecha mexicana, con el Yunque o los Tecos, con los movimientos antiprogresistas de los años 30´s en contra de Lázaro Cárdenas, este quitarse la careta de muchos panistas no es sorpresivo. Lo tendría que ser, por supuesto, para otros grandes políticos del PAN, muy distintos, como Gómez Morín o Castillo Peraza. El PAN, a nuestro juicio, en la triste ausencia de una oposición real a Morena, se acaba de dar un tiro en el pie. Un tiro, me atrevo a decirlo, mortífero. Mientras en España se han deshecho, al fin, del Valle de los caídos, del monumento a Franco y se aprestan a terminar de una buena vez con el pasado fascista, nosotros parecemos embelesados con el proyecto de virar a la extrema derecha para supuestamente defender lo “propio” de la amenaza socialista de AMLO.

Bien deberíamos revisar la historia del fascismo mexicano, bien haríamos también en estudiar los países en los que la polarización dio lugar a los peores retrocesos y absurdos, porque en ese parteaguas nos movemos. Un reportaje reciente habla de dos grupos fuertemente respaldados por poderosos intereses económicos en México, llamados Hazte oír y Citizens Go. El primero con adherentes como el expresidente Calderón y su esposa, Margarita Zavala (y por supuesto su hermano Juan Ignacio). Asociados con el grupo estadounidense The Howard Center for Family, su “progenie” se remonta a Fox y Martita, tan preocupados por las familias de otros y tan poco sabios de la propia. La Panamericana, el ITESM, el ITAM son también cobijo universitario de estas organizaciones paralelas que buscan revertir el mal moral de la sociedad mexicana y devolver el sentido a la familia y la sociedad (por cierto parece que el terrible grupo fundado en Puebla, el Yunque tiene “filial” española, así que el asco es de dos vías).

Recuerdo una ocasión en que el “decano” del periodismo poblano decidió hacerme el hombre del año. Era 2003. Di un discurso sobre las dos Pueblas -a la manera de Machado y las dos Españas-, al bajar del estrado escuché a un periodista reputado decir: “Otro Jacobino”. Me dio risa, pero a la misma vez alegría saber que era yo en ese contexto un descastado. Algún día contaré mis desencuentros con el Yunque y su influencia en las universidades poblanas, pero no es el momento. Baste decir que desde entonces daban pena y ahora, reconvertidos en legisladores, dándole la mano a Abascal -el de España, no el que combatió a Lázaro Cárdenas-, dan pena.

La SCJN ha dado una señal inequívoca de que nos movemos en otro territorio. Ha declarado inconstitucional cualquier tentativa de penalizar el aborto. México está lejos de Vox, qué bueno, y a años luz de esos legisladores trasnochados que recibieron a Abascal pensando que harían una alianza estratégica de gran porvenir político. En los próximos días muchos panistas bien pensantes -lo que signifique eso en su partido- se deslindarán por supuesto de sus correligionarios, aunque en privado recen por ellos y por la Virgen del Carmen y defienden el reino de dios, como trasnochados cristeros.

México ha cambiado, para bien. Y no ha sido por sus líderes, sino por los cientos de miles de ciudadanos que han luchado por la verdadera libertad de pensamiento. Desde aquí los homenajeamos.

POR PEDRO ÁNGEL PALOU
COLABORADOR
@PEDROPALOU

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