COLUMNA INVITADA

Banco de leche humana: vida para los guerreros

Uriel logró irse a casa con un peso de dos mil 25 gramos, alimentado exclusivamente con leche

OPINIÓN

·
Óscar Moreno Álvarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Uriel nació un 8 de febrero. Llegó dos meses antes de la fecha esperada del nacimiento con un peso de mil 80 gramos, unos 300 gramos menos de lo esperado para su edad, debido a un deficiente funcionamiento de la placenta. 

A su mamá, Celeste, se le practicó una cesárea por una complicación que se presenta en alrededor del 5 por ciento de los embarazos, conocida como preeclampsia. Uriel es un guerrero, luchó por su vida desde el vientre de su madre. 

La alteración en la placenta provocó un aporte insuficiente de oxígeno y nutrientes, por lo que fue necesario adaptarse rápidamente a este difícil entorno. 

Disminuir la velocidad de crecimiento permite extender la gestación al menos hasta un punto en el que se alcanza una mayor madurez y así lograr incrementar la posibilidad de continuar con vida, aunque con posibles consecuencias a largo plazo; en caso de sobrevivir, en la edad adulta existe el riesgo de que se presente obesidad, diabetes mellitus e hipertensión arterial.

Tras el nacimiento, se instaló un pacto entre madre e hijo, cada día se libra una batalla. Celeste, aún adolorida con tan sólo 24 horas después de la cirugía, acudió al Banco de Leche del Hospital de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Gineco-Obstetricia No.4 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con una frase en su cabeza: si tú no te rindes, yo no me voy a rendir. 

Aprendió la forma de extraer la leche de forma manual para proporcionarla a Uriel. En su quinto día de vida Uriel inició su alimentación con leche materna. 

Tras 84 días, algunos buenos, otros malos, Uriel logró irse a casa en buenas condiciones con un peso de dos mil 25 gramos, alimentado exclusivamente con leche materna, intervención que ha mostrado los mejores resultados para un adecuado crecimiento y desarrollo durante toda la vida. 

En esta difícil etapa, al tener un excedente en la producción de leche, se le planteó a Celeste la posibilidad de convertirse en donadora. 

Después de llevar a cabo el procedimiento correspondiente, sin conocer con precisión el impacto de convertirse en una donadora de vida, pero con el firme propósito de que valía la pena ayudar a alguna mamá que tuviera la necesidad de alimentar a su bebé, decidió donar leche al banco.

Celeste donó un total de 35 litros de leche, con los cuales se beneficiaron 11 bebés luchadores como Uriel, entre ellos unos trillizos y el hijo de una mamá en condiciones graves por COVID-19. 

Su acción alentó a otras mamás para amamantar y donar leche al banco. 

Celeste afirmó: “Ayudar a bebés es una de las cosas más maravillosas que hemos tenido. El camino no es fácil, nada sencillo, la lactancia materna es vida para los guerreros”. 

POR OSCAR MORENO ÁLVAREZ
DIR. DE UMAE DE GINECO-OBSTETRICIA LUIS CASTELAZO AYALA
@OscarMorenoAlv2

DZA

Temas