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PT, un aliado que amenaza

Días después de las elecciones, los partidos aliados al presidente Andrés Manuel López Obrador amagaron con el condicionamiento de su apoyo legislativo

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Días después de las elecciones, los partidos aliados al presidente Andrés Manuel López Obrador amagaron con el condicionamiento de su apoyo legislativo. Una precipitada acción que parece calar al mandatario que de por sí, en su elección intermedia, sufrió una disminución de representación legislativa.

Aunque el Partido Verde se retractó en una declaración para cerrar filas con la autonombrada “Cuarta Transformación” y disipó las dudas lanzadas por un sector de su cúpula, el PT, aliado aparentemente incondicional en 2006, 2012 y 2018, profundizó las diferencias con el gobernante.

Fue el 16 de junio cuando el dueño de la marca y anunciado coordinador parlamentario a partir del 1 de septiembre, Alberto Anaya, advirtió que no apoyaría la iniciativa de reforma sobre la Guardia Nacional, ni diferentes aspectos en materia electoral que el presidente López Obrador adelantó en la segunda semana de junio como su prioridad.

El amago no es menor. Haciendo valer sus aproximadamente 32 curules en la nueva configuración de la Cámara de Diputados, en los hechos, Anaya amenazó el proyecto presidencial pues lo colocaría a más de 60 votos de la mayoría calificada en caso de que el Verde mantuviera su promesa de apoyo a Palacio Nacional.

Más allá de las posturas ideológicas que suelen esgrimirse para asumir una posición tan radical, la declaración coronó el deterioro de al menos dos años en la relación del gobierno con un PT que acusa como “agravios” diferentes decisiones presidenciales y, señaladamente, el presupuesto para los Centros de Desarrollo Infantil, los famosos Cendis, que son estancias infantiles de perfil popular, encabezados por Guadalupe Rodríguez, política, educadora y cónyuge de Alberto Anaya.

El sexenio pasado, los Cendis y Guadalupe Rodríguez estuvieron en la mira y la entonces Procuraduría General de la Republica intentó vincular el presupuesto público que se les enviaba desde la SEP, a la operación de la estructura del PT. Los salvó el sismo del 19 de septiembre de 2017, cuando el expediente quedó con otros legajos en un inmueble colapsado y ya no hubo tiempo para terminar porque al año siguiente llegó la elección, el triunfo electoral y el carpetazo coincidente en fechas con la libertad para Elba Esther Gordillo, la otra aliada electoral de 2018.

Iniciado el gobierno, la posición presidencial fue clara: no se entregaría dinero para guarderías ni estancias, ni siquiera al muy “cercano” PT. Y cumplió. A partir de 2020, perdieron alrededor de 800 millones de pesos anuales que se destinaban a los Cendis.

El desgaste se dio con el entonces secretario de Educación, Esteban Moctezuma, cercano al canciller Marcelo Ebrard, en intensas y acaloradas discusiones en las que hubo rubores y subidas de tono que derivaron en un intento petista por hacerse del control de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, para con eso incidir más en el presupuesto.

Hace un año el PT adoptó a un grupo de legisladores --impresentables para el morenismo, como Héctor Serrano y Mauricio Toledo-- que le permitieron convertirse en la tercera fuerza cameral, una sumatoria de curules con la que adelantó la posición del PRI, consiguiendo el alegato para aspirar a arrebatarle la mesa directiva.

Perdidos entre apoyar al aliado o mantener el acuerdo original, los legisladores morenistas escucharon en voz del propio López Obrador en mañanera el llamado a respetar los acuerdos y con eso, frustró la intentona petista, despejando el camino para Dulce María Sauri.

Los meses siguientes, el petismo sufrió el ninguneo en el reparto de candidaturas, frente al posicionamiento del Verde más próximo a Ebrard, cuyo alfil, Mario Delgado, había realizado la operación legislativa mencionada y ahora se alzaba como protector y benefactor de los verdes en la construcción de la alianza. El resultado fue que el PT apenas superó el 3% de la votación y no logró ganar ningún distrito de mayoría.

La última crisis fue el desafuero del adoptado Mauricio Toledo. Los mensajes de los líderes petistas como Benjamín Robles y Gerardo Fernández Noroña, ha dirigido los señalamientos a una venganza política de Claudia Sheinbaum, cuyo origen es el de los dos actos de campaña violentados por porros presumiblemente toledistas en Coyoacán en 2018.

Los agravios al PT son atribuidos a Ebrard y Sheinbaum. Y ahora han sido aprovechados por el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, el excluido de la lista sucesoria reiterada por del Presidente que construye su propia postulación con un primer favor --agente de discordia, sobra decirlo—al PT: evitar el desafuero de Mauricio Toledo, frente a los reclamos de las otras facciones morenistas.

Expuesta la herida, la alianza obradorista en el legislativo, está en duda y bajo amenaza del aliado menor.

POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA

COLABORADOR HERALDO RADIO

@ARTURO_RDGZ

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