DESDE AFUERA

De México, gobierno y periodistas

Decir que México es un lugar peligroso para los periodistas es ciertamente una obviedad, sobre todo, porque la crisis lleva años

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

México "es visto como uno de los lugares más peligrosos del mundo para los periodistas", dijo el senador Tim Kaine.
Para Kaine, legislador por Virginia que preside el Subcomité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental en la Cámara Alta del Congreso estadounidense, los informadores han sido asesinados en muchas ocasiones por simplemente hacer su trabajo, por consignar carencias y problemas derivados de la acción, la inacción o la corrupción de funcionarios, especialmente locales.

Ciertamente podría agregar, que no lo hizo, la acción de grupos de la delincuencia organizada, a veces infiltrados en los gobiernos municipales. Pero también, de la peculiar relación del presidente Andrés Manuel López Obrador y la "Cuarta Transformación" con los medios y los periodistas.

"Cualquier presidente de cualquier país debe respetar el papel de la prensa", expresó Kaine durante una videoconferencia de prensa, al opinar que si un mandatario no está de acuerdo con la forma en que es presentado por la prensa, tiene derecho a subrayar los hechos y presentar al público su punto de vista.

"Pero (que) no use insultos y no use ataques porque esos ataques pueden ser escuchados por personas peligrosas y llevarlos a hacer cosas peligrosas. La mayoría de la gente escuchará esas palabras y no actuará violentamente con un periodista, pero algunos escucharán y decidirán que les da licencia para atacar ", señaló.

En ese sentido, expresó la "esperanza" de que el presidente López Obrador diga cuando no le gusta una cobertura y señale inexactitudes, "pero no debe involucrarse en insultos o caracterización o discriminación contra la prensa como institución. Simplemente no funciona".

Decir que México es un lugar peligroso para los periodistas es ciertamente una obviedad, sobre todo, porque la crisis lleva años: se estima que unos 300 informadores han sido asesinados desde 1980, una veintena de ellos en 2020.

Hubo también en 2020 un aumento brutal en las agresiones contra comunicadores, con 224, 80 por ciento más que en 2015, cuando hubo 124. Y en cuatro de cada 10 incidentes los responsables fueron presuntos servidores públicos, sobre todo en los ámbitos municipal y estatal.

Hace unos meses, el diario español El País consignó que según el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, “hemos tenido una década de enorme violencia contra el gremio periodístico”, al reconocer que desde 2018, "ha habido un 'repunte significativo' en la violencia contra los representantes de los medios de comunicación".

En ese marco, las protestas no son nada nuevo. Recuerdo en lo personal una manifestación de periodistas hace más de 10 años, con la participación de respetados colegas hoy involucrados ideológica o personalmente con el gobierno. Pero también habría que consignar que es difícil pedir seguridad para periodistas cuando el país lleva años en una marejada de violencia que ningún gobierno reciente ha logrado contener.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

dza