En el año 2005, México tenía vigentes Tratados de Libre Comercio con Norteamérica, Europa, América Latina, Israel, y Japón. Un estudio académico encomendado por sus gobiernos en aquel año recomendaba negociar un TLC entre México y Corea del Sur.
Se realizaron varias rondas de negociaciones en 2006 para dar a Corea del Sur el mismo trato que a sus competidores en acceso al mercado, inversiones y compras gubernamentales, y que a su vez diera acceso a México a su mercado agropecuario altamente lucrativo.
El sector manufacturero mexicano logró evitar el acuerdo, lo que hubiera aumentado la competencia en los sectores automotriz, electrodomésticos y acero, entre otros, en beneficio de nuestros consumidores y exportadores.
Las circunstancias han cambiado. Hoy Corea del Sur, produce en México, en dichos sectores y nuestro país es socio de la Alianza del Pacífico (AP) y del CPTPP, de los cuales Corea del Sur no es parte. Este último incluye socios con los que México se rehusaba a abrir su mercado con anterioridad, incluyendo a Singapur, Vietnam, Australia y Nueva Zelanda.
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Corea del Sur es nuestro quinto socio comercial y somos su principal socio en América Latina.
Somos muy complementarios pues México es abundante en mano de obra y Corea del Sur es intensivo en alta tecnología, lo que le permite exportar a través de México nuevos productos con gran derrama local en términos de capacitación de mano de obra y conocimientos tecnológicos.
Las empresas líderes de Corea del Sur en nuestro país trabajan con centros académicos de excelencia. Samsung y Kia son ejemplos de empresas coreanas que tienen una influencia muy positiva para el desarrollo del país.
Por su gran potencial como socio de México, sería muy provechoso contar con un TLC bilateral con Corea del Sur, o bien que pasará a formar parte del CPTPP o de la AP.
Corea del Sur tiene TLCs con Colombia, Perú y Chile, siendo un fuerte candidato para convertirse en Estado Asociado de la AP. Corea del Sur es parte del Acuerdo de Asociación Integral Regional (RCEP), el mayor acuerdo del mundo que incluye a China ya al sudeste asiático, lo que la convertiría junto con Japón en una plataforma para las empresas mexicanas queriendo hacer negocios con grandes mercados con los que México no tiene un acuerdo comercial.
Corea del Sur requiere de un mejor acceso al mercado mexicano y de un trato como el de sus competidores para seguir invirtiendo en México de cara al futuro. Ocupa el segundo lugar entre los inversionistas asiáticos en México en sectores intensivos en tecnología, lo que podrá intensificarse con un TLC ayudando a insertar a México en nuevas cadenas de producción, aprovechando la diversificación lejos de China y el cambio tecnológico acelerado. No debemos desaprovechar esta oportunidad para impulsar nuestro desarrollo.
POR GERARDO TRASLOSHEROS
*JENKINS GRADUATE SCHOOL Y PECC MÉXICO
DZA