Dicen que el candidato a diputado federal de la coalición PRIANREDÉ por el Distrito VII de Hidalgo, Héctor Meneses, no prende el ánimo ni en su propia familia política, el priismo estatal, ni en la familia consanguínea que está metida en el medio.
Cuentan que por la mala operación de estructuras que ha demostrado en otras elecciones, no lo dejaron organizar ni llevar a cabo su propia campaña en la mayor parte del distrito que busca, correspondiente al municipio Mineral de la Reforma.
En esa demarcación, el priismo encargó la elección a su presidente municipal, Israel Félix, hombre de todas las confianzas del partido y del gobernador, Omar Fayad.
Ni el lazo sanguíneo que tiene el candidato Meneses con el gobernador Fayad –son primos– le ha ayudado a que lo vean mejor en el PRI, pues el Mandatario estatal, sabedor de que ahí no cuentan las filias personales, no lo ha recibido desde septiembre pasado.
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Duras se las va a ver Héctor Meneses, quien está en el peor de los mundos: si no saca el resultado este domingo, se lo van a cobrar caro; y si lo consigue, le van a dejar muy claro que se lo debe al alcalde Félix, quien operó toda la campaña en su territorio.
Parece que ese perfil no va a despegar, como el occiso proyecto aeroportuario de Tizayuca, que el propio Meneses sigue impulsando.
Edomex
En Tlalnepantla, la sombra de la incertidumbre se cierne en la recta final de una campaña electoral: la del candidato a la presidencia municipal por Movimiento Ciudadano, Israel Amador.
El aspirante naranja denunció el viernes pasado que fue víctima de un atentado. Acusó que dos personas en motocicleta, en la zona oriente del municipio, dispararon contra su camioneta blindada y le impactaron cinco ocasiones, y que salió librado gracias a la protección del vehículo.
La incertidumbre viene cuando se analiza el contexto de los últimos días de la campaña del ex panista Amador.
Él fue Jefe de Departamento en la Sedesol federal, cuando el panista Édgar Olvera fue delegado estatal de esa secretaría, con Felipe Calderón. Más tarde, fue el particular de Olvera en la alcaldía de Naucalpan.
Hoy, se presenta como boyante empresario, buscando la presidencia de Tlalnepantla, en donde ha estado sanitizando casas desde el año pasado, prendido del discurso de atender la pandemia.
El caso es que, la semana pasada, Amador se encontró en un recorrido por Los Rosarios con Marco Antonio “Tony” Rodríguez, el candidato a la alcaldía de Tlalnepantla del PRIANREDÉ. Ahí, en gira de campaña, Israel Amador le alzó la mano a Tony y dijo que, de no favorecerle la tendencia en los últimos días, apoyaría la aspiración de éste último, lo que se entendió como una declinación de facto, lo cual disgustó a la dirigencia de Movimiento Ciudadano, donde desconocieron el gesto y dijeron que era una negociación personal, no de partido.
A partir de ahí, quedó absolutamente marginado de MC. Sin la fuerza de la estructura que pudiera aportar el movimiento naranja, ni Tony Rodríguez ni el alcalde con licencia Raciel Pérez –candidato de Morena, quien busca la reelección– le hicieron ya caso a Israel Amador. Se quedó solo, y su campaña, deslucida y sin atención.
Todo eso pone un halo de incertidumbre en la recta final de esta campaña, en la que ya no queda claro si hay declinación o no, entre otras cosas.
Evidentemente, nadie regatea –ni mucho menos– su derecho a reclamar protección especial y seguridad.
POR HUGO CORZO
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