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ALHAJERO

Los ‘mafiosillos’ van a tener fuero

Cuando se informa a los partidos políticos que alguien a quien van a postular tiene ligas poco recomendables, la respuesta recurrente es: “Eso se resuelve luego”…

OPINIÓN

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Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lo que distingue a la contienda actual son, primero, los asesinatos selectivos dirigidos a protagonistas de la elección: aspirantes a la presidencia municipal, regiduría, al Congreso local; y segundo, que se utilizan métodos asociados al crimen organizado, aunque no necesariamente éstos sean cometidos por sicarios bajo las órdenes del jefe de plaza.

En la investigación que estamos realizando en el Colegio de México, refiere el doctor Sergio Aguayo Quezada, se han encontrado una serie de patrones entre los que se distinguen:

1. Asesinatos atribuidos a un cártel de la droga.

2. Violencia ejercida por otros políticos. Opositores que quieren ganar y emplean a sicarios. Utilizan métodos del crimen organizado, pero sus razones son políticas.

¿Qué nos llevó al punto de disputar el poder asesinando a adversarios, como en tiempos posteriores a la Revolución Mexicana?

En opinión del académico y analista, por una combinación de ingredientes: la facilidad con la que puedes comprar un arma y contratar a un sicario…, “hay una oferta muy grande de verdugos”; por la facilidad de matar y salir impune del hecho criminal; por la creencia generalizada de que todo se vale para alcanzar el poder.

Y algo más que ya constataron en su primer acercamiento a 24 asesinatos que están analizando: la indolencia e indiferencia de partidos políticos y gobierno ante este tipo de violencia.

“La desatendieron. Cuando llegó y los agarró de sorpresa, empezaron a tomar medidas apresuradas, no trabajadas; sin entender lo suficiente para para poder tener un efecto. Es decir, reaccionaron tarde y mal. La prueba está en la altísima tasa de criminalidad que hay”.

La jornada electoral empezó el 7 de septiembre pasado. El 9 –tan sólo dos días después– mataron al primer candidato. Y la Secretaría de Seguridad informó de la creación de un proyecto para atender el tema el 4 de marzo. ¡Durante seis meses el gobierno federal no hizo nada! La razón de esta tardanza, sostiene Aguayo Quezada, es muy sencilla:

“El gobierno no tiene una estrategia integral para combatir el crimen organizado. ¡Nunca la ha tenido, ni la tiene ahora! Siguen creyendo que con programas parciales, ocurrencias de una desmañanada o una trasnochada, van a resolver un problema gigantesco que entienden sólo en partes”.

Además, plantea el académico, en el gobierno federal hay una actitud de negación muy evidente:

“Creen que si no la mencionan no existe; cuando lo que estamos viendo con las elecciones es la consecuencia de una expansión desbordada de los cárteles que se manifiestan en una presencia activa en lo electoral”.

¿A dónde nos lleva este fenómeno que estamos viviendo?

Sergio Aguayo responde como investigador: 

- Hacer una evaluación rápida, pero seria, sobre el número de municipios que estarán siendo gobernados por el crimen organizado.

“Exigir, pedir, suplicar una estrategia para contener, bloquear, aislar a esas presidencias municipales, porque los “mafiosillos”, van a tener fuero.

¿Cómo se va a resolver?”.

Y con base en lo que se sabrá después de analizar este proceso, crear una estrategia para poder anticiparnos a las elecciones de 2024.

Avanzaremos en la medida que los presidentes de los partidos –todos– se tomen en serio el tema y empiecen a adoptar medidas, porque hoy en día, acusa, cuando se les informa (discretamente, desde el INE) de que alguien al que van a postular trae ligas poco recomendables, la respuesta es la indiferencia: “Eso se resuelve luego…”, porque hay la arrogancia de creer que el político, por el hecho de tener jerarquía, puede controlar al mafioso que tiene…”.

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GEMAS: Obsequio de Andrés Manuel López Obrador: “Contra viento y marea y aunque no le guste a The Economist, a los conservadores ni al sabiondo de (Gabriel) Zaid, la transformación pacífica, democrática y con dimensión social es imparable”.

POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA

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