COLUMNA EDITORIAL

Ideología, educación y la niñez mexicana

En sólo cinco días, se crearon los nuevos contenidos para los libros de texto

OPINIÓN

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Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Editorial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En 1975, el reconocido académico Rafael Segovia publicó una investigación pionera en nuestro país: La politización del niño mexicano.

Este libro, para el cual el autor realizó una ambiciosa encuesta, se señala que uno de los canales más importantes para la politización es la educación pública. En efecto, mediante ella, y sobre todo con materias como la historia o el civismo, el Estado logró en buena medida socializar a generaciones de ciudadanos en valores compartidos.

A lo largo del siglo XX, esta pedagogía tuvo sus virtudes, o al menos su sentido práctico; por ejemplo, mediante la exaltación del nacionalismo y la enseñanza de una historia compartida, se logró crear un sentido de pertenencia común en un país entonces aún incomunicado y con fuertes diferencias regionales. Sin embargo, el otro lado de la moneda es que la educación pública también se usó con fines partidistas –y en el proceso, no pocas veces se distorsionó– para legitimar a los sucesivos gobiernos del régimen postrevolucionario.

Hoy, el lopezobradorismo quiere hacer lo propio. Recientemente se anunció una modificación de los libros de texto gratuitos, con los que se instruye a la enorme mayoría de las niñas y niños mexicanos de educación básica. Lo primero que sorprende es la improvisación y premura. En sólo cinco días, se crearon los nuevos contenidos, cuando para llevar adelante un esfuerzo de esta magnitud de manera seria se requiere de, al menos, varios meses. Además, según se reportó, las mil 882 personas que definieron los nuevos contenidos fueron “voluntarias”, sin necesariamente tener experiencia, mientras que en años pasados esta tarea había estado a cargo de un grupo plural de especialistas en diversas áreas.

Con todo, lo más preocupante es el giro que se le quiere dar a los contenidos en sí mismos. El anhelo del lopezobradorismo es enseñar una nueva versión de la historia en el que lo que es una simple frase propagandística, la llamada “cuarta transformación”, se presente a niñas y niños como un hecho histórico que es continuación y goza de la misma legitimidad que la Independencia, la Reforma y la Revolución. Al mismo tiempo, se pretende presentar una narrativa polarizante y simplista, como una lucha entre un pueblo y unas élites, que es la misma narrativa del lopezobradorismo, y de forma más amplia de los populismos.

Este proyecto implica pues el adoctrinamiento, desde la niñez, en favor del lopezobradorismo y en contra de visiones políticas disonantes. Esto, claramente, no es educación sino manipulación, pero dado el alcance de los libros gratuitos de la SEP (un muy exitoso programa, creado hace 62 años), el daño puede ser mayúsculo. Y como pasa demasiado a menudo, es la niñez más pobre y marginada la que será víctima del adoctrinamiento, la que no tenga una familia que le muestre otras fuentes de información alternativas.

Frente a la creciente captura de la educación como maquinaria de propaganda oficial, la sociedad civil (académicos, periodistas, etc.) tendrán una tarea muy importante para defender y divulgar una versión objetiva y plural de la historia, que rete las pretensiones ideologizantes. No será la primera vez que en México se da esa batalla. 

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE
DIPUTADO CIUDADANO EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
@GUILLERMOLERDO

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