La tentación por acallar, la libre manifestación de las ideas es propia de todos los gobiernos, sobre todo cuando estos tienden hacia la tiranía, cuando se inclinan en un estilo dictatorial. Uno de los primeros registros de la violación flagrante de este derecho
humano fundamental, la libertad de expresión, lo encontramos en el Evangelio de San Lucas capítulo 19, versículos del 37 al 40.
Se describe que una vez que Jesús se disponía a entrar a Jerusalén montando un burro, una multitud le dio la bienvenida, colocando hojas de palma a su paso, mantas de todo tipo y alababan a Dios por los prodigios que habían presenciado en esos días.
Plegarias, rezos, llantos, gritos, clamores se escuchaban por las principales vías de Jerusalén. El texto bíblico cuenta que se acercó un grupo de fariseos, que eran la clase política que protegía el ritual en el Segundo Templo, para exigirle a Jesús que reprendiera a sus discípulos y a la multitud por sus expresiones de adoración y alabanza.
La respuesta de Jesús perdura desde hace más de dos mil años: “Yo les aseguro que, si ellos callan, gritarán las piedras”. La lección que por generaciones los hombres y mujeres de poder no entienden es que nadie tiene el derecho de acallar, silenciar, amenazar o atentar contra la libre expresión y la manifestación de las ideas.
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Aun en este siglo XXI vemos ejemplos gravísimos como el protagonizado en esta semana por Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. Visiblemente molesto y frustrado porque las cosas no le salen como a le gustaría, arremetió contra medios de comunicación libres e independientes.
Además de los medios impresos y electrónicos mexicanos que el presidente siempre ataca y denigra por sus investigaciones que han revelado la impericia y corrupción de la presente administración, arremetió contra dos medios de comunicación internacionales con sede en los Estados Unidos, acusándolos de ser artífices de los ataques a su administración y de haber sido creados por empresarios.
Todos los medios de comunicación somos empresas. Pero además, acusó a periodistas y medios de comunicación de ser los responsables de la escasez de personal médico en México por apoyar, dijo él, a los gobiernos anteriores. México tiene una historia muy intensa en la defensa de la libertad de expresión. Se han derramado muchos litros de sangre para que los que vienen detrás puedan expresar sus ideas dentro del marco que establece nuestra Constitución.
No podemos permitir que los medios y los periodistas sean acallados, sería un grave retroceso y el mejor ejemplo de una tiranía que nadie creía regresaría en nuestros país. Pero decirle al presidente que si los medios callan, gritarán las piedras.
Corazón que sí siente
Las vacaciones son una gran oportunidad para disfrutar con la familia, sin embargo hoy es de elevado riesgo por la pandemia de Covid 19. Quedarse en casa sería una muy buena decisión.
Por JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
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