El presidente de Estados Unidos Joe Biden le ha aguado la fiesta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien hace pocas semanas presumía la fortaleza del peso mexicano. El 6 de enero AMLO aseguraba: “no hemos tenido devaluación prácticamente en los dos años [de gobierno]; al contrario, poco, pero se ha apreciado el peso”. Orgulloso decía: “en dos años, a pesar de la pandemia, el peso se ha fortalecido, en dos años, se ha apreciado en 2.3 por ciento”.
Pero, este fortalecimiento duró poco. El dólar se cotizaba ayer en 21 pesos con 39 centavos, muy por encima de los 19.54 de enero.
¿Qué ha pasado? La razón de que el dólar se disparase en las últimas semanas tiene que ver con el éxito del presidente Biden en la aprobación de su paquete de rescate de la economía de su país, por Dlls. $ 1 billón 900 mil millones. Este gigantesco estímulo, junto con la recuperación del empleo en ese país, han sido interpretados como generadores potenciales de inflación. En consecuencia, los inversionistas esperaran que el Banco de la Reserva Federal mueva la tasa de interés para contener ese brote inflacionario.
Si esas previsiones se cumplen, miles de millones de dólares regresarían a comprar bonos en el mercado estadounidense. Ello implicaría que los inversionistas abandonen mercados más riesgosos, como el mexicano, deshaciéndose de posiciones en pesos. De ahí la depreciación reciente.
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La administración de Biden no cree que el paquete de estímulos ni la recuperación rápida del empleo sean inflacionarios. Ayer la secretaria del Tesoro Janet Yellen rechazó que la recuperación económica sea inflacionaria porque “ya tuvimos una tasa de desempleo de 3.5 por ciento antes de la pandemia y no hubo signos de incremento en la inflación”.
El cóctel que enfrenta el peso mexicano no es sencillo e implica que el Banco de México, de Alejandro Díaz de León, deberá seguir minuto a minuto la verosimilitud de la versión del gobierno de Biden a fin de activar las políticas cambiaria y monetaria en las siguientes semanas. Si Yellen tiene razón, el camino reciente del Banco de México puede perdurar más tiempo (siempre y cuando nuestra inflación permanezca en rango). Pero, si el mercado sigue creyendo que la recuperación estadounidense será veloz e inflacionaria el dólar podría seguir encareciéndosenos, lo que eventualmente trasladará presión a los precios en México. Y en ese contexto el Presidente debería mejor estimular las palancas exportadoras para aprovechar la debilidad de nuestra moneda.
PETRÓLEO
Para la mala suerte del Presidente, el petróleo sigue subiendo de precio. A ver cuánto le cuesta esta escalada a su estímulo de las gasolinas si quiere evitar, como ha dicho, gasolinazos. Ayer el Brent ya rozaba los Dlls. $ 70.
POR CARLOS MOTA
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