COLUMNA INVITADA

Tercera llamada

Foco rojo en la agenda bilateral entre Estados Unidos y México: la migración, una presión para nuestro gobierno

OPINIÓN

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Lila Abed/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La semana pasada, el gobierno de Joe Biden envió una serie de mensajes que dejaron claro la importancia y urgencia con la que abordará la creciente crisis migratoria en la frontera con México.

Se realizó una visita por parte de una delegación estadounidense de alto nivel, integrada por la encargada de la frontera sur, Roberta Jacobson, el director para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, y el recién nombrado enviado especial para el Triangulo Norte, Ricardo Zúñiga, con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE).

Ambas delegaciones coincidieron en la importancia de impulsar mecanismos de cooperación internacional para el desarrollo de Centroamérica. No fue regaño, pero sí una dosis de presión al gobierno mexicano. Primera llamada.

Un día después, Biden designó a la vicepresidente Kamala Harris como encargada del tema migratorio con México y Centroamérica. Es la primera tarea de política exterior que asume Harris y conlleva un alto riesgo político para sus aspiraciones presidenciales en el futuro.

Trabajará para mejorar el Estado de Derecho en los distintos países, resolver las causas de fondo que impulsan la migración y establecer alianzas estratégicas con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador.

El tema migratorio sube a las más altas esferas del poder. Segunda llamada.

El jueves 25 de marzo, en su primera conferencia de prensa desde la Casa Blanca, el mandatario estadounidense reafirmó la necesidad de atender de manera inmediata la situación migratoria en la frontera.

Reiteró que solo los menores no acompañados están siendo aceptados, y que el resto, adultos solteros y familias, son deportados bajo el Título 42 del Código de Estados Unidos, impuesto el año pasado como parte de las medidas de Trump para controlar la pandemia.

Resaltó que México se niega a recibir a familias migrantes, pero aseguró que está en negociaciones con el presidente Andrés Manuel López Obrador y que pronto se verían cambios. Mensaje directo a su homólogo mexicano. Tercera llamada.

Por su parte, el gobierno mexicano anunció la autorización del gobierno de Biden para enviar 2.7 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca a México.

La 4T reaccionó con gratitud. Se anunció el despliegue de ocho mil 715 elementos de las fuerzas federales en las fronteras norte y sur del país, para contener a los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos. Se espera que la cooperación aumente en los próximos meses.

Biden sabe que gran parte de su éxito depende de que el Congreso apruebe su reforma migratoria, la cual destina cuatro mil millones de dólares durante los próximos cuatro años para resolver los problemas estructurales en el Triángulo Norte.

Sin embargo, los aliados del expresidente Trump en el Senado harán lo necesario para frenar la reforma migratoria y entorpecer uno de los ejes principales de la Casa Blanca.

Es por ello que el presidente estadounidense necesita asegurar el compromiso de México en atender la crisis migratoria y, así, enfocar sus esfuerzos en ordenar su propia casa.

POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED

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