LA ENCERRONA

No te calles, no te rindas

En nuestro país, las denominadas “colectivas” y mujeres con entereza hicimos todo a nuestro alcance para visibilizar la grave crisis de violencia

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

No es casualidad que al movimiento feminista se le compare con las olas del mar. Para entender su proceso e historia no basta con revisar periodos o momentos determinados, sino -igual que el movimiento incesante de los océanos-, el feminismo sigue en constante pronunciamiento. Se alimenta de corrientes, pensamientos, teorías de cualquier coordenada en el orbe. De mujeres de todas los rincones del mundo, pero también del dolor, de desigualdades, de historias particulares, de opresión. De esperanza, de sororidad, de igualdad, de sueños de libertad.

Sumado a lo anterior, la cuarta ola del feminismo también tendrá que ser enmarcada dentro de una emergencia sanitaria mundial, la COVID-19, que vino a profundizar las desigualdades por razón de género. Asimismo, el confinamiento ha provocado un alza de violencias en contra de las mujeres alrededor del mundo y, la distancia social impidió las mega manifestaciones en las distintas naciones y ciudades en este 8 de marzo (8M) sui géneris. Este lunes la cita no fue de manera masiva, pero sí legítima y creativa. En nuestro país, las denominadas “colectivas” y mujeres con entereza hicimos todo a nuestro alcance para visibilizar la grave crisis de violencia que vivimos todas las mujeres en México.

Mientras que el gobierno de la 4T y el Presidente se amurallaron en Palacio Nacional, las mujeres le dimos luz -de una forma pacífica- exponiendo con letreros gigantes en la fachada de Palacio que nuestro país es feminicida; mientras López Obrador mandó colocar enormes vallas, valientes mujeres pintamos los nombres de las que se han ido, el de aquellas mujeres a las que les arrebataron la vida; mientras se soporta para la gubernatura de Guerrero a un candidato acosador, miles de mujeres gritamos al unísono: ¡ningún violador será gobernador! ¡Ni una más! ¡Ni una menos!

Así, entre pañuelos púrpuras y consignas en contra de la situación del país, del trato recibido por el actual gobierno y por un presidente que aún no entiende que el mundo y nuestro país han cambiado, nosotras salimos a decir que no nos callarán jamás. Sus discursos en la mañanera, el “ya chole” o “por favor no rompan vidrios ni pinten monumentos” sólo nos llenan de valor para tomar las calles y las redes. Nosotras hemos dejado de aceptar todos esos micromachismos como el de “calladita te ves más bonita”, hoy miles de mexicanas lo decimos fuerte y claro: mujer, no te calles, calladita no te ves más bonita ni más guapa. No te calles, no te rindas.

Si bien la manifestación de este 8M tuvo que realizarse en distintas plataformas, no fue un 8M fragmentado. Las exigencias y los reclamos son los mismos que años anteriores, igualdad, respeto y libertad. No pasarán desapercibidas ninguna de las violencias, ninguna mujer desaparecida y ningún feminicidio más. Repito: No nos volverán a callar. Somos parte de un movimiento global donde todas las mujeres somos una, donde se vive con sororidad y donde veremos caer aquellas viejas prácticas que nos laceran. Hoy más que una ola, las mujeres -unidas- somos un tsunami que no se detendrá.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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