DESDE AFUERA

Cambio climático e integración regional

La tormenta invernal subrayó el impacto transfronterizo del calentamiento global y las posibilidades de desacuerdos entre México y EU

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Las consecuencias de la desusada tormenta invernal que la semana pasada afectó a Texas y partes de México, pusieron de relieve el impacto del calentamiento global y la integración entre México y Estados Unidos.

La paralización de la red eléctrica y de distribución de gas y petróleo de Texas, el principal centro refinador del continente americano, fue resultado de un excepcional mal tiempo propiciado por el cambio climático y parte de sus propias carencias de infraestructura y la falta de previsión.

El impacto en México era previsible: las redes de energía en los límites entre Texas, desde el lado estadounidense, y Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, del mexicano, se han integrado cada vez más, y abarcan más de la mitad de la frontera entre ambos países. 

A largo plazo, la solución podría estar en la integración de un sistema norteamericano de energía, pero el problema inmediato son las limitaciones nacionales.

Para algunos analistas, el evento puso de relieve las fragilidades del sistema eléctrico mexicano y las debilidades de la política energética. "La CFE (Comisión Federal de Electricidad) fue incapaz de activar de manera expedita la reserva con la que cuenta para cubrir la salida de los ciclos combinados y quedaron en evidencia las consecuencias de no haber invertido en capacidad de almacenamiento y en fortalecer la producción de gas en el norte del país", afirmó un reporte.

Para complicar las cosas, el sector más afectado resultó ser el de la generación tradicional de energía, o sea el basado en el uso de combustibles fósiles. Y aunque no hay garantía de que la energía solar o eólica pudiera haber resuelto el problema, ahí queda la duda.

El impacto negativo sobre las plantas maquiladoras y en las redes de suministro para la fabricación de productos está en proceso de evaluación, pero las pérdidas llegan a los miles de millones de dólares. 

La tormenta en sí misma subrayó el impacto transfronterizo del cambio climático y las posibilidades de desacuerdos entre los dos países vecinos.

Por un lado, que México es un cliente "demasiado importante" para la industria petrolera estadounidense, como señaló un reciente reporte del Wilson Center.

Y del otro, las agendas políticas domésticas de ambos gobiernos. En el caso del estadounidense Joe Biden, su campaña electoral incluyó un fuerte compromiso ecologista, el abandono del uso de combustibles fósiles y a favor de energías alternativas.

Andrés Manuel López Obrador busca revitalizar el papel del Estado en la industria energética, que va desde la exploración y explotación de pozos petroleros a la construcción de una refinería y el monopolio de la CFE en la generación de una corriente eléctrica, a costa de las energías renovables y las inversiones ya hechas por empresarios estadounidenses en ellas. 

La diplomacia tendrá que hilar muy fino.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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