El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está por cumplir un año al mando de la Casa Blanca y aunque cumplió con varias de sus promesas electorales, enfrenta grandes desafíos el próximo año.
En materia de política exterior, el mandatario estadounidense reintegró al país en el Acuerdo de Paris y a la Organización Mundial de la Salud, debido a que su antecesor retiró a Estados Unidos de ambas durante su mandato. Biden restableció relaciones con la Autoridad Palestina, realizó la Cumbre Virtual por la Democracia con la participación de alrededor de 110 países para hacer frente a las autocracias en el mundo, y aunque fue criticado por la caótica retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, cumplió con su promesa de terminar con la guerra que duró más de 20 años.
Fiel a su objetivo de abatir el cambio climático, el Gobierno de Estados Unidos se comprometió a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero para 2050, fijándose el objetivo de reducir en un 65 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Sin embargo, no ha tenido éxito en las negociaciones para frenar el programa nuclear de Irán, y tampoco ha avanzado en establecer contacto con Corea del Norte, la cual presenta una amenaza a la seguridad del sistema internacional. Enfrenta a una China empoderada y a una Rusia dispuesta a aumentar las tensiones con países occidentales, enviando miles de tropas a la frontera con Ucrania.
En cuanto a la pandemia de Covid-19, el presidente Biden inició con un gran triunfo, logrando su meta de aplicar 100 millones de vacunas en sus primeros cien días en el poder. El Congreso estadounidense aprobó el Plan de Rescate Covid-19, proporcionando apoyo económico a las pequeñas empresas y a los estadounidenses. Ante la aparición de las variantes Delta y Ómicron, la Casa Blanca dio a conocer el Plan de Invierno, el cual incluye ayuda médica, pruebas caseras, más pruebas y clínicas de vacunación en todo el país. No obstante, siguen aumentado el número de contagios en el país, aun en personas que cuentan con el esquema completo de vacunación, incluso dosis de refuerzo. Los distintos mandatos de vacunación implementados por el gobierno federal enfrentan demandas en más de 20 estados.
Debido a los altos precios del petróleo y distintos productos de consumo, agravados por los cuellos de botella de las cadenas de suministro globales y la inflación, el presidente Joe Biden cuenta con bajos índices de aprobación, lo que supone una amenaza para el partido demócrata de cara a las elecciones intermedias del próximo año. Los republicanos utilizarán el impacto que ha causado la pandemia a la economía del país, al igual que la crisis fronteriza para tratar de arrebatarle la mayoría a los demócratas en el poder legislativo en los comicios de 2022.
Aun cuando Biden se comprometió a implementar una política migratoria más humana, ha mantenido ciertas medidas de su antecesor como el Título 42 y se vio forzado a reinstaurar el Permanece en México. El partido republicano argumentará que la única manera que el presidente Biden pudo reducir el flujo de migrantes fue gracias a las medidas que adoptó el expresidente Donald Trump. Tampoco ha podido aprobar la reforma migratoria en el Congreso para regularizar a los más de 11 millones de indocumentados que residen en el país.
En política nacional, el presidente ha batallado con la oposición en el Congreso, al igual que con las divisiones dentro del partido demócrata, para aprobar las iniciativas clave de su Administración. En noviembre, el mandatario firmó el paquete bipartidista de infraestructura valorado en 1.2 billones de dólares. Dicho esto, su ambicioso plan de gasto social "Build Back Better", sigue estancado en el Senado, donde afronta un futuro incierto dada la estrecha mayoría de los demócratas en la Cámara alta.
El balance es agridulce. Aunque le faltan tres años en el poder, las elecciones intermedias serán un buen termómetro para medir al presidente Biden y al partido demócrata.
POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED
MAAZ