COLUMNA INVITADA

Ómicron

La OMS informó que sólo uno de cada cuatro trabajadores sanitarios africanos está vacunado

OPINIÓN

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Lila Abed / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

La aparición de la variante Ómicron del COVID-19 ha causado revuelo en el mundo en los últimos días, especialmente después de que varios países pusieron restricciones y prohibiciones a viajeros que lleguen en vuelos de al menos siete países africanos.

El presidente de Sudáfrica, CyrilRamaphosa, señaló que no se puede castigar a su país, donde fue detectada la variante Ómicron, por haber hallado la variante gracias a la tecnología disponible.

El continente africano ha argumentado que la aparición de esta variante era inevitable y que se debe a la falta de vacunación por el acaparamiento de vacunas por parte de los países desarrollados. Es el resultado de que el mundo no vacunó de manera equitativa y la ineficiencia de la iniciativa de Covax sobre la distribución de vacunas a países pobres.

El mecanismo Covax, creado por la ONU, tenía el objetivo de distribuir dos mil millones de dosis entre los países más desfavorecidos gracias a las aportaciones de colaboradores privados y de los países más desarrollados para 2021. Sin embargo, hace unas semanas se informó que solo había enviado alrededor de 400 millones de vacunas.

El pasado mes de octubre, durante la cumbre del G-20, Unicef reveló que los países miembros de este foro habían recibido 15 veces más dosis por habitante que los países de África subsahariana. 

Hasta que gran parte de la población mundial no esté vacunada, seguirán surgiendo más variantes.África acumula un enorme retraso en la vacunación contra el COVID-19: tan solo el 7% de sus cerca de mil 300 millones de habitantes ha recibido la pauta completa y a un 11% se le ha administrado una sola dosis.

La Organización Mundial de la Salud informó que solo uno de cada cuatro trabajadores sanitarios africanos está completamente vacunado y arremetió contra los países que imponen restricciones de viaje apresuradamente, alegando que deberían buscar mejor un enfoque científico y basado en el riesgo. Hasta el momento, siguen las investigaciones para conocer la transmisibilidad y la letalidad de esta nueva cepa, así como la protección de las vacunas existentes ante Ómicrón.

México ha sido una de las principales voces a nivel internacional sobre el reparto desigual de las vacunas. En abril, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad una resolución, suscrita por 179 países e impulsada por México, sobre la cooperación internacional para garantizar en condiciones de igualdad el acceso mundial a medicamentos, vacunas y equipo médico para hacer frente al COVID-19.

En su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que Covax ha sido un fracaso y subrayó la brecha en la distribución de las vacunas de COVID-19 en el mundo, ya que mientras las farmacéuticas privadas han vendido el 94% de las vacunas, el mecanismo Covax apenas ha distribuido el 6%. El liderazgo de nuestro país podría tomar un protagonismo importante en la lucha por inocular a países pobres.

Los cierres de fronteras y las restricciones de viaje a países africanos pudiesen desincentivar a otras naciones a que reporten la detección de una nueva variante, temiendo medidas restrictivas por parte la comunidad internacional que afectan sus economías.

El nacionalismo, el proteccionismo y la falta de una estrategia en común para inocular al mundo siguen permeando la crisis sanitaria del coronavirus. Es por ello, que la OMS convocó a los estados miembros para establecer un acuerdo internacional que incluya un plan de acción global para prevenir y combatir futuras pandemias.

Mientras tanto, la recuperación económica y la salud de millones de personas está en peligro.

POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED

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