Techos de Cristal

Adele, Emily Ratajkowski y yo

“Hello from the other side.” Adele me hace pensar en lo que se nos ha enseñado a buscar como mujeres: reconocimiento

Adele, Emily Ratajkowski y yo
María Milo / Sin Filtros / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

"No eres como las demás.” Por mucho tiempo escuché esta frase con orgullo. En ocasiones, también la usé, aunque cada vez que salía de mí boca me dejaba un sabor diferente, amargo. No entendía por qué e ignoraba la sensación, hasta hace algunas semanas cuando leí My Body, el nuevo libro de Emily Ratajkowski.

 Basta con echarse un clavado no tan profundo en la niñez de cualquier mujer para darse cuenta que, consciente o inconscientemente, somos introducidas al concepto de competencia mucho antes de aprender a leer. Hasta cierto punto, esto tiene que ver con los estándares que nos rodean.

 Nos hacen creer que el reconocimiento, en especial el de los hombres, es la herramienta que nos ayudará a conquistar lo inalcanzable y ser especiales. Sin embargo, no nos damos cuenta que el poder obtenido es falso, porque no estamos depositando nuestra aprobación en nosotras mismas. Nos repiten constantemente que somos objetos que debemos gustar, pero a nadie se le ocurre que existe la alternativa de actuar como lo que somos, personas, a las que pueden gustarle o no, los demás.

 En su libro, Emily menciona que desde temprana edad el sector del modelaje le dejó claro que el mundo funciona así, todo está jerarquizado, una siempre es mejor que la otra". También cuenta que se arrepiente de no haber podido construir amistades reales de joven, gracias a la amenaza que aprendió a percibir de mujeres valientes y valiosas.

 Las palabras de Adele me hacen pensar en que esa necesidad de ser percibidas por los demás como especiales, nos prohíbe habitar el mismo espacio, estar del mismo lado apoyándonos. La propia artista dice que la canción habla sobre reconectar. Tal vez eso es lo que necesitamos, conectar juntas desde un mismo canal.

 “No eres como las demás mujeres,” no es un cumplido. ¿Por qué tirar al piso a otras para sentirse especial? Lo único que esto hace es perpetuar los estereotipos sexistas. Las mujeres somos diferentes y sin importar las decisiones que tomemos o las vidas que decidamos construir, todas merecemos respeto por igual.

 Debemos defendernos entre nosotras ante los insultos disfrazados. Porque como dice Justine Musk: “El enemigo del feminismo no son los hombres, es el patriarcado, y el patriarcado no son los hombres, es un sistema. Las mujeres pueden perpetuarlo así como los hombres pueden apoyar la lucha por la equidad de género.”

 En el instante en que aceptemos que lo que necesitamos vive en nosotras, podremos cultivar el amor y dejar de buscar el reconocimiento que propaga el peso de la competencia. El ser especiales sucede porque nosotras lo decidimos, sin permiso de nadie.

 Por mucho tiempo pensé que Adele había escrito Hello a algún amor pasado. Resulta que se dirigía a su yo más joven. Si tuviera su mismo don, la canción que me escribiría diría algo así: ”no soy como las demás mujeres, porque soy una parte de cada una de ellas.”

 Mis amigas y yo siempre contamos que nos han roto el corazón una infinidad de veces porque cada vez que lastiman a una mujer que queremos, nos apuñalan a nosotras también. ¿Por qué no podemos ser así en todos los aspectos de la vida? Unirnos, entendernos, defendernos, apoyarnos, impulsarnos, debería de ser la nueva norma del 2022.

POR MARÍA MILO
IG: @MARIAAMILO
BLOG: WWW.MARIAMILO.BLOG

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