¿Una crisis mundial de salud en la que las mujeres no recurrieran a modificar sus prioridades profesionales para acudir al cuidado de su familia? Resulta brutal e impensable, frente a todas las barreras para la igualdad de género. La Encuesta Global de Estudiantes de Pearson precisa que 68% de las mujeres en seis distintos países, entre ellos México, reconsideró su trayectoria profesional durante la pandemia por este motivo.
Si bien, este escenario fue una oportunidad para visibilizar el impacto del trabajo no remunerado -labores domésticas-, la distribución de estas tareas no sufrió modificaciones, pues las mujeres continuaron con las riendas de esta responsabilidad. El estudio “Mujer en la economía pos-covid” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), encontró que hubo un aumento significativo en estas tareas, ya que el 77% de este grupo que incrementó sus tareas del hogar, consideró que la carga fue superior al 25 por ciento.
Este escenario redujo el tiempo disponible para que las mujeres dedicarán las mismas horas a su trabajo y a otras actividades, como descansar y capacitarse; al punto de obligarlas a explorar nuevas actividades, sectores opuestos a su área de estudio y, por si fuera poco, a adaptarse a la precariedad laboral en la que, de cada 10 personas desempleadas, siete son mujeres.
Un camino largo, pero asertivo
A pesar de que un gran número de mexicanas señalan como un enorme obstáculo el deterioro en la economía y un 83% más resguarda la preocupación por los rezagos de la pandemia para sus carreras, los datos de Pearson nos sugieren que 90% de ellas tomará acción en al menos una actividad en los siguientes meses para retomar su futuro profesional.
En este sentido, el estudio 2020-2021 del Global Entrepreneurship Monitor, evaluación anual sobre la actividad empresarial, alertó que México ocupa el cuarto lugar entre los países con más mujeres emprendedoras, con cerca de 4,600,000 que han apostado por el autoempleo y la generación de empresas que, a su vez, emplean a más personas, mayormente en los sectores de comercio, restaurantes y alojamiento.
Una de las enseñanzas más importantes que nos deja esta crisis, siendo parte de los grupos más vulnerables, es conocer a marchas forzadas, el alcance de nuestra resiliencia para explotar el máximo potencial; a adaptarnos a los constantes cambios laborales, a abandonar las zonas de confort y aún más, a equilibrar el plano personal y profesional mientras la demanda del hogar y la familia persiste.
POR ARLETH LEAL METLICH
FUNDADORA Y CEO DE TUTOREL
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