COMANDO Y CONTROL

La Armada de México despliega softpower a Medio Oriente

Para representar a México, la Armada desplegó al ARM Cuauhtémoc, que es para efectos comparativos… lo contrario de un buque de guerra moderno

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El 14 de noviembre, se llevó a cabo una recepción diplomática a bordo de un buque militar mexicano en el puerto Rashid de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos (EAU). Esta es la primera vez, desde su creación hace dos siglos, que un buque de este tipo entra al puerto.

En estos momentos, el barco insignia de la Armada de México es la fragata ARM Benito Juárez, un buque de guerra de última generación diseñado en Holanda, dotado de misiles antibuque RGM-84 Harpoon y antiaéreos RIM-162, torpedos Mk.54, radar SMART-S, sonar CAPTAS 2 y cañón principal de 57 mm.

Con una tripulación de 122, la Juárez desplaza dos mil 570 toneladas y cuenta con un hangar que porta un helicóptero embarcado. Aunque es el más avanzado en América Latina, no fue la embarcación elegida para representar a México. Si bien es capaz de realizar operaciones de patrulla oceánica de largo alcance, presencia disuasiva e incluso proyección de fuerza, no habría impresionado a nadie en un puerto acostumbrado a recibir destructores, submarinos y portaviones nucleares.

Recordemos que esta región del mundo es la que más invierte per cápita en armamento, por mucho. Para tener una idea, Arabia Saudita invierte 8.4% de su PIB en defensa, mientras que EAU invierte cerca de 7.5% –México, 0.5%–. Por lo que los medios militares en esta zona son muy sofisticados.

Para representar a México, la Armada desplegó al ARM Cuauhtémoc, que es para efectos comparativos… lo contrario de un buque de guerra moderno. Es un bricbarca de mil 662 toneladas con tres mástiles, velas cuadradas y dos cañones Schneider modelo 1902 para saludar a puertos, no tienen capacidad ofensiva. Pero precisamente por ello, este trayecto es una hazaña aún más memorable.

El Cuauhtémoc fue botado en los astilleros españoles de Celaya, en Bilbao, en enero de 1982, y desempeña una doble función de instrucción y diplomacia. Cada año, el velero embarca una tripulación compuesta por oficiales y cadetes de último año, que navegan alrededor del mundo.

La tripulación comentó que recibieron órdenes de arribar al puerto emiratí entre el 8 y el 9 de noviembre hace unos tres meses, mientras se encontraban en Ensenada. Al mando del capitán de navío, René Cano Ávila, el Cuauhtémoc llegó a Dubái con una tripulación que incluyó cadetes de la Armada y Marina Mercante mexicana, oficiales, así como dos cadetes del Heroico Colegio Militar, dos del Colegio del Aire y un representante del Servicio Exterior Mexicano.

Debido a que navegaría las peligrosas costas del Yemen y del Cuerno de África, para repeler cualquier agresión, embarcó a una sección de infantes de marina; mientras que, para engalanar su misión diplomática, llegó también a una sección del mariachi de la Secretaría de Marina, parte de la Unidad de Historia y Cultura Naval.

La presencia del Cuauhtémoc en Dubái reforzó la participación del pabellón de México en la “Expo 2020”, la feria del mundo que se lleva a cabo entre octubre de 2021 y marzo de 2022. No cabe duda que este despliegue de soft power por parte de la Armada de México –y coordinado por la embajada de México cuya titular es la embajadora Francisca Méndez Escobar– sirve para demostrar cómo una Armada con recursos financieros limitados, pero con mucho ingenio e iniciativa, puede ejercer una gran presencia.

POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANES

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