MALOS MODOS

El CIDE, el presidente y sus comisarios

¿Quieres lanzar una contrarreforma eléctrica demencial, devastadora para el país? Llamas a Bartlett

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Quieres lanzar una contrarreforma eléctrica demencial, devastadora para el país? Llamas a Bartlett. ¿Quieres anunciar que no se vacuna a los menores? Le regresas el micrófono al Doctor Muerte, que lo había perdido porque, con 500 mil muertos y tanta misoginia, cargaba con demasiado descrédito hasta para fungir de pararrayos.

¿Te pasaste con los zambombazos contra la UNAM pero no quieres dejar de amedrentar a la institución? Venga el tribuno Guadiana, que no es propiamente la aristocracia del espíritu, a proponer que le caiga la Unidad de Inteligencia Financiera. ¿Necesitas una titular de la Función Pública que no le haga ascos a exonerar a Bartlett? Irma Eréndira. ¿Te parece coqueta la idea de meter a prisiones de alta seguridad a los científicos? Gertz.

Vaya, que la administración cuatroteísta parece haber convertido en máxima aquello que decía con tanta gracia, me parece, la gran Isela Vega: “¿Qué importa una mancha más en una reputación como la mía?” Sí: nuestro presidente sabe que para ciertos trabajitos necesitas gente que no tenga nada que perder en términos de reputación. Esto viene a cuento por una conversación con una amiga egresada del CIDE sobre el futuro de su alma máter.

En mi opinión, es un futuro negro. Al presidente, una institución como esa le parece detestable por todas las razones imaginables. La primera, como se ha dicho, es su pluralidad. En efecto, del CIDE salieron demasiadas voces en apoyo de la candidatura de AMLO. Pero, claramente, no es ni fue una institución impositiva: admite el disenso, cuando lo que se exige a cualquier institución, hoy, es que apoye homogénea, consensual, acríticamente al proyecto presidencial; a LA CAUSA. Enseguida, al presidente la institución le resulta una afrenta porque, desde la óptica populista, tener un salario decoroso y un seguro médico es un pecado.

Así pues, ¿qué haces si quieres reventar instituciones académicas de prestigio? Pones a Álvarez-Buylla a cargo de Conacyt. ¿Por qué mi pesimismo? Porque la pelea es muy desigual. No es solo la falta de pudor de la titular de Conacyt y de su enviado, el tal José Antonio Romero, que, como rector interino del Centro, se ha puesto a despedir “rebeldes” sin pudores. Esa falta de pudor del comisario político. Es que, en el fondo, el CIDE enfrenta a un gobierno federal que tiene a la Cámara en el bolsillo y, por tanto, la posibilidad de hacer con el presupuesto lo que le plazca, sin mencionar las amenazas potenciales de la FGR y probablemente de la UIF, ahora que la dirige otro comisario.

La pelea, sí, es demasiado desigual: es el prestigio del CIDE, que muestra unidad de profesores, personal sindicalizado y alumnos, listos para protestar en defensa de su casa, contra el peso abrumador del Estado. Espero, de veras, equivocarme, pero esto se ve feo.

POR JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09  

MAAZ