COLUMNA INVITADA

Derecho a disentir

El demócrata respeta las ideas, las convicciones y las prácticas diferentes, por lo tanto, respeta el disenso

OPINIÓN

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Mauricio Farah / Todos Somos México / Columna InvitadaCréditos: Especial

Sin diferencias, no puede haber libertad.

Mauricio Wiesenthal

Disentir es un derecho y es, al mismo tiempo, uno de los fundamentos de la democracia. Democracia y derecho a disentir tienen una relación de mutuo fortalecimiento: la democracia respeta, salvaguarda y alienta el disenso, en tanto que el disenso sustenta y da viabilidad a la democracia.

Por ello en los regímenes dictatoriales o autoritarios no puede ejercerse el disenso o bien se ejerce a un alto costo, incluso con la pérdida de la libertad o de la vida, debido a que las tiranías se basan, precisamente, en la imposición dogmática y en el sometimiento de las voluntades a una sola voluntad y pensamiento.

El derecho a disentir, asimismo, está estrechamente vinculado con la tolerancia, al grado que se complementan.

El demócrata respeta las ideas, las convicciones y las prácticas diferentes a las propias, y por lo tanto respeta el disenso, la difusión de otras visiones, perspectivas y posturas. Lo contrario, negar o censurar, no respetar o perseguir las ideas o las creencias de otros, o linchar física o virtualmente a quien las expresa, es intolerancia.

Mauricio Wiesenthal, autor de El derecho a disentir (Acantilado, septiembre, 2021), lanza una necesaria alerta cuando afirma que en el mundo estamos viviendo “la tiranía de la intolerancia”.

La aseveración significa que todos o la mayoría estamos acomodados en la absoluta certeza de lo propio y en la desconfianza o el rechazo de lo ajeno, especialmente lo diferente, lo que no entendemos ni aceptamos e incluso descalificamos.

La cita es además oportuna porque mañana es el Día Internacional para la Tolerancia, que consiste, esencialmente, en respetar lo que difiere de nuestras ideas o creencias. En contraste, la intolerancia es, de acuerdo con Wiesenthal, “una regresión animal de la especie humana, que podría preocuparnos tanto o más que la amenaza del cambio climático”, en tanto que “este tiempo, que odia las diferencias, no puede crear más que represión y censura”.

La vigencia de las democracias en el mundo implica necesariamente la defensa y el ejercicio del derecho a disentir. Así como basta el diálogo de dos personas para mostrarnos una amplia diversidad de opiniones y puntos de vista, así basta un día para observar que la pluralidad existente en un país es casi infinita y poderosa, a la vez que indispensable para construir acuerdos en favor de un mejor presente y en pos de un destino común. 

Disentir es contribuir a la riqueza del pensamiento, de la diversidad, de la pluralidad de una nación. Disentir no es restar sino sumar, agregar, diversificar, lo que constituye una enorme fortaleza para toda comunidad.

Si queremos una democracia plena y duradera, tenemos que trabajar en favor tanto de la tolerancia como del derecho a disentir, dos de sus pilares fundamentales.

POR MAURICIO FARAH

SECRETARIO GENERAL DE SERVICIOS ADMINISTRATIVOS DEL SENADO

@MFARAHG

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