La Encerrona

El camuflaje de los dictadores

“La elección en Nicaragua fue una pantomima que no fue ni libre ni justa y desde luego no democrática” Joe Biden

El camuflaje de los dictadores
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Habitualmente los dictadores saben camuflarse de aliados del pueblo, de mesías en pesebre de paja o de icónicos demócratas. Unos auténticos camaleones. Sin embargo, cuando ostentan el poder de manera absoluta y prolongada suelen despojarse de toda máscara y salen a relucir tal cual son e incluso pierden toda vergüenza hasta caer en un cinismo y violencia extrema contra todos aquellos que no coincidan con ellos. Estás conmigo o en contra mía, suelen decir. Políticos de oposición, medios de comunicación, organismos internacionales, empresarios, activistas, ciudadanos “de a pie” y, normalmente, “los malditos yanquis” son los potenciales “enemigos del pueblo”, al que estos dictadores vinieron a salvar.

En este tenor, Latinoamérica tiene una vasta historia. Dictadores de izquierda y de derecha, líderes autoritarios al auspicio de intereses hegemónicos como aquellos dentro del marco del Plan Cóndor o simplemente para perseguir beneficios personales y saciar la gran hambre de poder. Ejemplos de personajes hay muchos, pero esta vez abordaré solamente a Daniel Ortega, mandatario nicaragüense quien este domingo “conquistó las preferencias electorales” del país centroamericano, uno de los más pobres del continente y donde existe más violencia social y restricciones por parte del Estado en la actualidad. Un país que antes ya había tenido dictadores en el poder en la personificación de los Somoza (padre e hijo) y a quien Ortega separó del poder mediante lucha armada y, después, por la vía democrática.

Empero, esos días de lucha social y respeto por la democracia ya no existen más para Daniel Ortega y para la vicepresidenta Rosario Murillo. Los recientes comicios son una muestra de ello, pues en una evidente puesta en escena, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) arrasó con los resultados llevándose más del 75 % de los sufragios emitidos. Esto, claro, tras haber encarcelado a los principales líderes de oposición (Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Madariaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena, Noel Vidaurre y Berenice Quezada), además de periodistas, activistas y empresarios a los cuales les imputaron el delito de “conspiración y traición a la patria”.

Es decir, el domingo hubo elecciones en Nicaragua sin opciones reales para elegir. Una completa simulación, algo similar a lo que ocurre en Venezuela o Cuba. Según los datos del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua (CSE), de los 4.4 millones de nicaragüenses inscritos en el padrón electoral, asistieron a sufragar más del 65 %, lo que dota de legitimidad a la jornada, sin embargo estas cifras contrastan las distintas imágenes de decenas de centros de votación vacíos, pruebas proporcionadas por medios internacionales con insumos de ciudadanos en contra del régimen, puesto que no se permitió prensa ni observadores internacionales ajenos al gobierno de Ortega.

Así, la pareja presidencial Ortega-Murillo cumplirá su quinto mandato y cuarto consecutivo al frente de Nicaragua en medio de grandes controversias, la preocupación del sistema internacional y la frustración de la ciudadanía local. En unos días la OEA se reunirá para analizar la permanencia de Nicaragua en este organismo, de igual manera que Joe Biden hizo el anuncio de revocar el tratado de libre comercio con este país, lo que conllevaría a una mayor migración y más estallamientos sociales. Se vienen tiempos aún más difíciles para esta nación alguna vez camuflada de popular, sandinista y democrática.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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