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Pandemias y cambio climático

El rápido descongelamiento del permafrost del Ártico podría liberar microbios, bacterias, virus y desechos de la Guerra Fría

Pandemias y cambio climático
Alejandra Martínez / Rompeolas / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Sin el afán de ser catastrofista, es altamente probable que esta generación, que aún enfrenta una pandemia, tenga que luchar contra otra. La razón es el cambio climático, una emergencia que debe ser atendida de manera urgente, con medidas drásticas.

El origen del COVID-19 aún no ha quedado claro, la Organización Mundial de la Salud no ha sido capaz de explicar cómo surgió esta cepa de coronavirus y cómo es que se transmitió a los humanos, la agencia de la ONU acusa estricto control del gobierno chino para poder realizar sus investigaciones con éxito.

No obstante, hay varias posibilidades abiertas, como que el virus llegó a nuestra especie a través de alimentos contaminados, la fuga de un laboratorio de virología, y la más probable o lógica, que un animal pasó el virus a un humano, tal como ocurrió con el SARS en 2002, donde se determinó que el gato civeta fue el reservorio.

En este sentido, se estima que el origen del COVID-19 fue un murciélago, que pudo transmitir el coronavirus a una especie intermedia —probablemente un pangolín o bisón— y ésta a las personas.

En su reporte sobre el origen del COVID-19, que no fue concluyente, la OMS advirtió que hay cada vez más especies de animales salvajes que ahora son criadas en granjas, lo que puede ser la punta del iceberg sobre formas de transmisión más complejas.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science of the Total Environment, el cambio climático tuvo un papel importante para que ocurrieran tanto la epidemia del SARS como la pandemia por COVID. Las emisiones de gases contaminantes han creado en el sur de China un ambiente propicio para la transmisión de virus relacionados con murciélagos.

Los expertos encontraron cambios significativos en la vegetación y distribución de especies animales; la expansión de áreas urbanas y terrenos de cultivo nos exponen a nuevas enfermedades.

Incluso la OMS ha advertido que los últimos brotes epidémicos están relacionados con la deforestación. Un ejemplo es el VIH, cuyo origen se ha ubicado en los primates del África subsahariana.

Una investigación desarrollada por la agencia espacial europea y la estadounidense advirtió, en días pasados, del rápido descongelamiento del permafrost del Ártico (la capa de suelo congelada); el asunto es preocupante, porque existe el riesgo de que microbios, bacterias, virus y desechos de la Guerra Fría sean liberados.

En ese contexto, este domingo arranca la COP26 en Glasgow, Escocia, el objetivo es lograr compromisos más fuertes de las potencias para limitar el calentamiento global. El encuentro aún no empieza y el anfitrión, el primer ministro británico Boris Johnson ha advertido que probablemente no se alcancen los acuerdos esperados.

Como especie, nunca habíamos estado en tan grande peligro y los líderes mundiales hacen oídos sordos.

POR ALEJANDRA MARTÍNEZ
ALEJANDRA.MARTINEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALEJANDRAMTZ_87

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