ACCESO LIBRE

¿Y si se se bajan el sueldo?

A mí solo se me ocurre hacerle una sugerencia a los comisionados y directores generales de los institutos y órganos autónomos: saquen la bandera blanca

OPINIÓN

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Carlos Zuñiga/ Acceso Libre/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Desde muchas trincheras han surgido voces de defensa de los organismos autónomos y regulatorios, luego que el presidente anunció que propondrá a su gabinete preparar una “reforma administrativa” para que sus actividades sean absorbidas por varias Secretarías de Estado. Múltiples lecturas se le han dado al anuncio, desde la intención deliberada de eliminar los contrapesos, concentrar el poder y hasta deseos de venganza. 

Desde sus tiempos como Jefe de Gobierno de la capital, se denunciaba que AMLO desdeñaba los órganos de transparencia. No es el único gobernante en funciones que se siente incómodo con la existencia de mecanismos de regulación y rendición de cuentas, pero sí el que más se ha expresado contra su existencia.

Que el Instituto Federal de Telecomunicaciones, el Instituto Nacional de Transparencia, la Comisión Federal de Competencia y la Comisión Nacional de Derechos Humanos desaparezcan o sean transferidos a la administración pública federal no cosa sencilla. Todos son organismos que están dentro de la Constitución. Reformar la carta magna no es sencillo. Se requiere de una mayoría en el Senado que no se tiene debido a la existencia del llamado bloque de contención. Así que el amago del presidente puede llevar escondido otro mensaje. 

Desde los tiempos de campaña, López Obrador prometió que bajaría los altos sueldos de los funcionarios. Al asumir el poder se reformó la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos para que ningún funcionario ganara más que el presidente de la república. Casi de inmediato la medida fue objetada por integrantes de los órganos autónomos, el INE y Banco de México. La Suprema Corte dio entrada a controversias y en junio del año pasado avaló que directivos de estos organismos mantuvieran intactos sus salarios, sin sujetarse al tope salarial de 1.7 millones de pesos netos anuales previsto en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020.

Luego, ya a finales del año, la Corte aceptó dos nuevas controversias del Instituto Nacional Electoral y la Comisión Federal de Competencia Económica impugnando el presupuesto de 2021, con lo que sus salarios siguen intactos. Las instancias argumentaron que en su condición de organismos constitucionales autónomos, sus integrantes no están obligados a sujetar su tabulador salarial a lo establecido en la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos. Con ello, la pugna se prolongó. 

En su mensaje del jueves, López Obrador da a entender que tomará el camino seguido para la extinción de los fideicomisos. En lugar de ajustar lo ajustable, será mejor tomarlos por completos. Pasar del amago a los hechos no será sencillo, pero a juzgar por lo acontecido en los primeros dos años de gestión, todo puede ocurrir.

A mí solo se me ocurre hacerle una sugerencia a los comisionados y directores generales de los institutos y órganos autónomos: saquen la bandera blanca y acepten bajarse el sueldo. También expliquen bien en qué consiste su trabajo. Gánense un poco la buena percepción de la opinión pública. Quizá con ese “sacrificio” nos ahorremos unos pesos y muchos dolores de cabeza.

POR CARLOS ZÚÑIGA
CARLOSZUNIGAPEREZ@GMAIL.COM
@CARLOSZUP