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¿Qué hacemos con los niños en la pandemia?

Desafortunadamente en lo que va de la crisis sanitaria, es el sector más desprotegido. Nada ni nadie los protege. Estaban estigmatizados de ser fuente de propagación y de poner en riesgo a los adultos y a los abuelos en casa, y por lo mismo, incorrectamente

OPINIÓN

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Sofia García/ Columnista invitada/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Hace unos días se dio a conocer que en el Hospital Materno Perinatal “Mónica Pretelini Sáenz”, ubicado en Toluca, murió un recién nacido contagiado de COVID19. Pero no es el único caso en ese hospital: van 69 bebés que nacen con esa enfermedad.

Esta muerte y los contagios del resto de los recién nacidos nos obliga a enfocar la pandemia en menores de otra manera y abrir una nueva discusión sobre el coronavirus en los infantes.

Desafortunadamente en lo que va de la crisis sanitaria, es el sector más desprotegido. Nada ni nadie los protege. Estaban estigmatizados de ser fuente de propagación y de poner en riesgo a los adultos y a los abuelos en casa, y por lo mismo, incorrectamente, están mal vistos y relegados del plan nacional de atención y vacunación. Son los que menos preocupan al sistema de salubridad.

No están contemplados en el esquema de vacunación COVID19 por una simple razón, sabemos que los niños son resilientes y a veces nos olvidamos de eso. Normalmente son muy buenos para recuperarse y pueden hacerlo rápidamente.

Sin embargo, el Coronavirus también es mortífero entre la niñez y la nueva cepa más amenazante.

Desde que llegó el coronavirus a México y hasta el 24 de enero del 2020,  se han infectado 43 mil 171 niños, niñas y adolescentes del virus SARS-cov2. De estos 8 mil 524 de 0 a 5 años, 10 mil 248 de 6 a 11 años y 24 mil 399 de 12 a 17 años de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud.

Cada vez es más difícil ser niño en el confinamiento. Hemos conocido las historias de pequeños que ya sabían usar los cubiertos y volvieron al bocado de la cuchara por mamá o de los nenes que avisan la necesidad de ir al baño y volvieron a hacerse en el calzón.

Es que el virus del SARS-cov2 ha sido una letalidad en los hogares debido a que se ha incrementado la violencia dentro y fuera de casa, no tienen seguridad social y la escases de medicamentos para tratamientos de enfermedades crónicas es otro grave problema que lo hemos visto desbordado en las calles como reclamo.

Ni los datos oficiales mienten: el  INEGI acaba de dar a conocer que de los 38.5 millones de infantes y adolescentes, 9.7 millones no están afiliados a un servicio de salud, es decir, un cuarto de la población en este rango de edad.

Hace unos meses tampoco había vacunas para cubrir el esquema infantil que se integra por 14 antivirales que protegen alrededor de 20 enfermedades, tal es el caso del sarampión que de acuerdo a la OMS del 1 de enero al 2 de abril del 2020 se notificaron en México, mil 364 casos casos probables de la enfermedad, cuando su máximo había sido en el 2004 con 64 infectados.

Además no olvidemos la demanda permanente que desde el 2019 han hecho los padres de niños y niñas con cáncer, porque han tenido que interrumpir los tratamientos de sus hijos por la carencia de fármacos.

Y a más de 800 días del desabasto intermitente de medicamento para atender la vida de sus hijos, Israel Rivas, representante y vocero de los padres de niñas y niños con cáncer, me comentó que muchos de ellos ya no quieren salir a protestar a las calles por miedo a perder lo poco que les han dado. ¿se imaginan la situación en la que se encuentran?

Quienes hemos tenido familiares con cáncer sabemos que los medicamentos que se requieren para sus tratamientos no pueden esperar, porque su vida está colgada de un hilo, y la muerte se acerca y aprovecha cada segundo.

Aunado a esto, en 2020 la UNICEF urgió a México a reforzar la protección de niñas, niños y adolescentes ante el incremento de la violencia, además alertó sobre los altos niveles de violencia intrafamiliar particularmente derivado del confinamiento, 6 de cada 10 niños y niñas de 1 a 14 años han experimentado disciplina violenta a nivel familiar, situación que se agudizó por el contexto actual.

Es decir, la infancia no ha sido prioridad para nadie en la pandemia, no está en la agenda de trabajo.

¿Qué hacemos con los niños en la pandemia? ¿Los seguimos considerando fuertes y una amenaza para los mayores? O ¿entendemos su vulnerabilidad?

POR SOFÍA GARCÍA
@SOFIGARCIAMX