En 2021 se cumple una década de la Primavera Árabe, uno de los sucesos internacionales contemporáneos que impactó a la comunidad internacional. Esta serie de protestas terminó en 2012, pero la sociedad civil en Medio Oriente y África continúa en la lucha por la democracia: la Primavera Árabe del Norte de África se extendió al resto del continente, provocando protestas en contra de regímenes dictatoriales. Desde 2015, África subsahariana ha tenido el mayor número de transiciones de poder desde los 90. Esto demuestra un incremento en la participación ciudadana.
Ciertamente, el hecho de que transiciones de poder se hayan llevado a cabo no significa que estas se dieran de manera democrática, es decir, por el ejercicio del voto. Desde 2015, algunos líderes dictatoriales fueron derrocados, como Omar al-Bashir en Sudán y Robert Mugabe de Zimbabue. Otros dimitieron para darle paso a un sucesor pre-escogido. No obstante, surgió otro factor de cambio en los sistemas políticos subsaharianos: nuevos rostros políticos que pretenden desafiar al statu quo al presentarse como candidatos alternativos en elecciones presidenciales. Estos forasteros políticos que se atrevieron a enfrentarse a las élites políticas en las urnas inspiraron a la sociedad civil a alzar su voz en pro del cambio, aumentando la participación electoral; muchas veces sin alcanzar el resultado esperado.
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Entre 2020 y 2021 países con regímenes autoritarios como Guinea, Uganda y Tanzania llevaron a cabo elecciones presidenciales. Así, líderes opositores se enfrentaron a jefes de Estado con décadas en el poder y se convirtieron en un objetivo de violencia y represión dirigida por el gobierno. Enfrentamientos violentos entre simpatizantes de la oposición y fuerzas estatales, censura y arrestos arbitrarios son algunos de los retos que soportaron quienes buscaban darle un giro a la realidad política de sus países. Tristemente, en todos los Estados mencionados, las elecciones fueron arregladas para que los presidentes tuvieran otro mandato, argumentando que el pueblo fue quien decidió.
Las elecciones más recientes en África subsahariana fueron las de Uganda el pasado 14 de enero, donde el líder de la oposición Bobi Wine fue derrotado –y acusado de traición– por el presidente Museveni, quien va por su sexto mandato consecutivo (y 35 años en el poder). La manipulación de elecciones y represión de libertades civiles en el continente se opone directamente a los valores democráticos. África se enfrenta a retos heredados del periodo de descolonización, como la ingobernabilidad y la falta de instituciones sólidas. Sin embargo, existe la posibilidad de reformar hacia el progreso a través del cambio político. Hasta entonces, las sociedades subsaharianas seguirán levantando sus voces.
Por Patricia González Garza* y Mtro. Gerardo Trujano Velásquez**
*Alumna de la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac México.
** Coordinador de la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac México.