TRES EN RAYA

Salario mínimo

Existe en México una enorme disparidad entre los que más ganan y quienes se encuentran percibiendo solo el salario mínimo

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán/ Tres en Raya/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hay algo que no cuadra. Con una economía que decrecerá al menos en un 9% y con más de un millón de negocios que no volverán a abrir sus puertas dada la crisis económica por la cual atraviesa el país, al igual que el resto del mundo, el gobierno federal decide —prácticamente por decreto— no tomar en cuenta la cruenta realidad y aumentar un 15% el salario mínimo.

Existe en México una enorme disparidad entre los que más ganan y quienes se encuentran percibiendo solo el salario mínimo. Eso es más que evidente. No obstante, mejorar el nivel de vida de quienes menos ganan no se logra subiendo de forma artificial los salarios.

La forma correcta de lograr el propósito antes mencionado es impulsar la inversión productiva y la competitividad de las empresas, chicas y medianas, y de sus empleados. Para ello, el gobierno debe invertir para garantizar que todas las personas tengan un acceso real a los servicios de salud y a una educación que les ayude a obtener las aptitudes para acceder a (y realizar) mejores trabajos. Obviamente, esto es un proyecto de nación que lleva más de una generación lograr.

¿Qué implicaciones tendrá el aumento anunciado? Lo primero que hay que decir es que llama la atención el doble rasero que existe en el gobierno: a los servidores públicos se les rasuraron sus ingresos y se les “pidió” renunciar a su aguinaldo. Esto es, la ley y la justicia social que tanto se precia de cumplir la 4T no existe con las personas que trabajan en la administración federal.

A continuación habría que subrayar que las consecuencias serán positivas, si acaso, solamente en el muy corto plazo; pero lo negativo seguirá por mucho tiempo y será muy difícil remontar. En términos económicos, las personas que reciben solo un salario mínimo se verán beneficiadas con este aumento, si bien tampoco terminará de solventar sus necesidades diarias. Para quienes sus salarios se encuentran indexados o se cotizan en términos del salario mínimo, puede representar tristemente su despido. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que las PYMES y MiPYMES no pueden continuar sosteniendo una planta de empleados al 100%, pago de impuestos y prestaciones, cuando sus ingresos se han desplomado hasta en un 75%.

México es de los pocos países cuyo gobierno no ha creado un plan de emergencia para apoyar a las empresas, ni por tanto a quienes ahí trabajan. Ha adelantado recursos de programas clientelares, pero nada que realmente incentive la economía.

Así, imponer un aumento en el salario mínimo en estos momentos únicamente impactará de forma negativa en la posible recuperación económica del país. De por sí las expectativas de los economistas sugieren que México se podrá recuperar a niveles del 2018 hasta el 2024 o 2025, mientras que el resto de las economías del G20 (del cual México es parte) lo harán a finales de 2022 o principios de 2023.

No se está en contra de una remuneración digna, pero al igual que se opina sobre la conveniencia de mantener los impuestos y servicios sin ningún tipo de modificación o descuento, en estos momentos afirmo que no es posible cargar con el costo de este aumento al salario mínimo.

Si por decreto se pudiera cambiar la realidad, el salario mínimo se elevaría en un 100%. Se eliminarían todas las tasas impositivas a los combustibles. Se podría pregonar que “vamos bien” y eso tendría verificativo con la realidad, que sin embargo es terca y solo señala que cada día aumenta el número de personas en la pobreza, que cierran más empresas, que hay mayor número de desempleados, que la corrupción no descansa y que no vamos bien como nación.

El insistir en una realidad alterna, solo provocará la expansión de un mercado donde la informalidad aumente, en el que mayor número de personas pierdan sus empleos formales, no puedan acceder al Seguro Social, se precaricen aún más los empleos y siga sin mejorar la competitividad de empresas y empleados.

El aumento del 15% en los salarios tendrá mayor número de implicaciones negativas que positivas. Desafortunadamente cuando esto suceda, para el gobierno de la 4T ello será culpa de los empleados y de las empresas, nunca de su obcecada necedad.
 

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM