COLUMNA INVITADA

Ingeniería electoral

¿Ya nos dimos cuenta que después de tres o cuatro semanas que dejaron sin registro a México Libre, a nadie le importó?

OPINIÓN

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Martha Gutierrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Ya nos dimos cuenta que después de tres o cuatro semanas que dejaron sin registro a México Libre, a nadie le importó?

Si esa misma (curiosa) rigidez le hubieran aplicado a Morena en 2014, no hubiese tenido los mismos efectos. De eso podemos estar seguros. Esa llamada "macrocondición" es una de las premisas electorales más importantes en nuestra joven democracia.

La reflexión resulta fundamental, no por las bondades que tuvo Enrique Peña Nieto con Andrés Manuel López Obrador, sino por lo que éste último concibe como premisas del poder rumbo a 2021.

Una de ellas fue no darle oportunidad a Felipe Calderón de ejercer uno de los derechos políticos por excelencia, el acceso al poder.  Antes, agotó por distintas vías, el sometimiento en medios de comunicación utilizando juicios penales e investigaciones como la de Odebrecht y Lozoya, entre otras, para después de desgastarlo, finalmente contenerlo en el intento de constituir un partido político.

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Por otro lado, le da oportunidad a otros partidos de constituirse, bajo la condición -evidentemente- de apoyar su proyecto político. El PRI hizo lo mismo con el PT al darle vida artificial en el 2015, pero mal hecho, el resto ya es historia.

Estos "nuevos" partidos (PES, FS Y RSP) tendrán por distintas vías el apoyo del "Estado Mexicano" y se espera que obtengan cuándo menos el tres por ciento, cada uno. En suma, el nueve por ciento de la votación. Serán indudablemente alimentados, por ciudadanos afines al proyecto madre y en las listas de representación proporcional irán los designados en Palacio Nacional o algunas de las oficinas derivadas del poder.

El PT y PVEM con riesgo -ambos- de quedarse sin registro, caminarán en coaliciones parciales para fortalecer al partido madre en distritos que sean ubicados con más menos 5 puntos porcentuales de diferencia entre primer y segundo lugar. En los demás, se tendrán que rascar con sus propias uñas. Cuando menos 4 a 5 puntos porcentuales entre los dos en la distribución total de los votos.

Morena, en promedio ronda los 30 a 35 puntos porcentuales, y ha decidido armar precisamente esta estrategia por una razón, la cual tiene un gran fondo.  Los límites constitucionales y estatales de sobre representación por ambos principios y hasta el 8% total. Por ejemplo, en la Ciudad de México la sobre representación fue tan alta que les retiraron 7 diputados locales, por exceso de votos. Así tal cual.

En consecuencia, Morena por vía propia no excederá los límites constitucionales, sin embargo en conjunto con sus aliados lograrán un resultado muy similar al del 2018. Por supuesto que el malestar crece, la ineptitud del gobierno también, no cuentan con perfiles y varios gobiernos morenistas son absolutamente insostenibles.

Pero más allá de que el partido en el gobierno tiene el enorme reto de recomponer de pies a cabeza a sus representantes populares, tiene un gran avance con el entramado inicial.

Por si fuera poco, les ayuda de manera extraordinaria que la "oposición" y la chiquillada continúen proponiendo a sus madres, padres, hijos, sobrinos, tíos, incondicionales, amigas y consentidos a las escasas candidaturas competitivas y a las listas plurinominales, y que vayan en una mega alianza, que para terminarla de amolar, los dejará sin ninguna ideología que defender y el aún vivo rechazo y desprestigio hacia los partidos políticos a cuestas.

Si la política en realidad no es tan complicada, lo que se vuelve absurdo es justificar sus intereses personalísimos.

Mientras tanto, esta ingeniería electoral es la que en breve el país enfrentará.

No es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ