AMLO

El bloque priista en Morena

Sobre esta generación recaen nuevos retos: mantener equilibrios con poderes fácticos, reconciliar a la abandonada militancia, ser altamente competitivos y garantizar la estabilidad para AMLO en la cámara federal

OPINIÓN

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Daniel Serrano / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México: Especial Créditos: Especial

El proceso electoral de 2018 puso al movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador ante una disyuntiva; considerando que se trataba de la última ocasión en la que el tabasqueño competiría por la Presidencia de la República, estaba en la mesa una compleja encrucijada: ceder en los postulados programáticos o abrir espacios en las candidaturas a perfiles que tradicionalmente no habían formado parte del movimiento. Se optó por lo segundo. 

¿Y esto por qué es un asunto de todas y de todos? Pues porque a los resultados del proceso 2018 apartan la duda sobre si AMLO hizo lo correcto; un político que rara vez se equivoca en lo estratégico reconoció con gran frialdad la condición endeble del partido recién conformado y logró con gran audacia convertirse nuevamente en la locomotora de un proyecto político del que muchas y muchos se han beneficiado con encargos de elección popular. Hoy los estrategas son otras y otros, algunos herederos directos del obradorismo (formados casi únicamente en él), otras y otros con experiencias de diversos tipos. Sobre esta generación de liderazgos recaen nuevos retos: abrir paso a la participación de sectores que han sido marginados de los espacios de elección popular, mantener equilibrios con poderes fácticos, reconciliar a la abandonada militancia, ser altamente competitivos, garantizar la estabilidad para AMLO en la cámara federal, obligar a las mayorías legislativas morenistas a actuar de acuerdo con los principios y  lograr que de manera homogénea la 4T se exprese en gobiernos estatales y municipales.

Los retos son muy grandes, sin embargo, las y los nuevos protagonistas del proceso 2021 tienen condiciones que AMLO no tuvo y que deberían hacer jugar a su favor de inmediato: una generación de cuadros propios con experiencia electoral (tanto en defensa como en promoción del voto), experiencias de gobiernos locales exitosas que deberían ser ampliamente difundidas, un financiamiento histórico para el desarrollo de sus actividades, la intención de suma de muy diversos sectores y la confianza de la mayoría de la población a juzgar por la mayoría de las encuestas.

Por eso, resulta inaudita la versión periodística sobre la incorporación de Efrén Rojas en Morena Edomex, montielista y peñanietista señalado de ser el responsable de la operación en contra de Morena en el proceso 2017, y más aún, como supuesto responsable de las estructuras electorales. Este hecho no sólo es falso según las consultas realizadas a la dirección nacional de Morena, sino que genera la duda sobre eventuales acuerdos justamente en ese proceso electoral tan cuestionado y sobre añejos señalamientos de personajes hoy militantes de Morena que han cargado desde hace mucho el estigma de ser cercanos al régimen que representa el PRI mexiquense. Hoy la dirección nacional de Morena va en un sentido y algunos representantes emanados de sus filas en el opuesto.

POR DANIEL SERRANO
LIDERAZGO POLÍTICO DE  IZQUIERDA EN EL EDOMEX

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