Semanas atrás comentamos en este espacio que Distribuidora Química y Hospitalaria GAP solicitó que los equipos que ofertó de inicio para convertirse en una de las proveedoras del Servicio de Banco de Sangre 2020-2023 en el IMSS, fueran modificados debido a una “mejora tecnológica”, que en realidad tenía que ver con la presunta imposibilidad de la empresa para acceder a los mismos debido a la pandemia.
Sobre el caso, la compañía aportó datos en los que destacó que acudió de manera reiterada ante la Coordinación de Planeación e Infraestructura Médica del Instituto para hacer su petición, ya que en las Delegaciones y Unidades Médicas de Alta Especialidad así se lo manifestaron. No obstante, en la circular a la que hizo referencia esta columna se lee que desde el 6 de agosto, el área ahora a cargo de Luis Fernando Tagliabue le informó qué equipos podrían ser considerados para continuar con el requerimiento a los administradores de contrato.
También precisó que agotó en dos ocasiones el acercamiento con los nosocomios pero “no se dio contestación en su totalidad”, razón por la que habría intervenido la Coordinación de Planeación con el fin de que los respectivos administradores dieran su respuesta a más tardar el pasado 21 de octubre pasado.
Adicionalmente, Distribuidora Química y Hospitalaria GAP aprovechó para decir que en las bases de la Licitación se asentaba que las “mejoras tecnológicas” al ser iguales o de mejor tecnología deben ser aceptadas, a lo que hay que añadir la evaluación correspondiente.
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Por último, aseguró que cumplió con los requerimientos del proceso de compra y resaltó que el ahorro al IMSS, de Zoé Robledo, será del 17 por ciento, esto comparado con cualquiera otra oferta en la licitación, pero cabe destacar que esta situación no fue puesta en tela de juicio en este espacio.
Por lo pronto ya tenemos mayores datos, por ejemplo; que la licitación se realizó de manera centralizada para evitar la intromisión de proveedores. Así las cosas.
LES LLUEVE SOBRE MOJADO
Vaya que la calificadora Moody´s ha sido severa en sus calificaciones con algunas entidades de la República; pues ya está anticipando que para 2021 presentarán presiones en sus niveles de deuda, debido a la recesión en la que se encuentra el país.
Veracruz y Tabasco, estados que han sido golpeadas por las fuertes lluvias recientemente, les bajaron su calificación pues ambos tendrán que demostrar que son capaces de ajustar el gasto operativo frente a la caída de ingresos.
Cabe destacar que de continuar con esta situación, cada vez nos alejamos más de la zona de atracción de capitales y no habrá manera de encender la máquina que impulsa a la economía local; considerando que ambas entidades ya presentan estragos por sus anteriores gobiernos. ¡Uff! ya veremos.
POR ENGGE CHAVARRÍA
PERIODISTA
TWITTER @ENGGECHAVARRIA