COLUMNA INVITADA

Gilberto Lozano, sin miedo al ridículo

A los servidores públicos se les debe juzgar por sus actos dentro de la función pública, no por su vida privada

OPINIÓN

·
Eduardo Macías Garrido/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

En primer lugar, habría que plantearnos si este individuo trastornado que se ostenta como el líder visible del Frente Nacional AntiAMLO (Frenaaa), vive en la realidad o ya vive en otra galaxia. Independientemente de esto, y debido a su carácter volátil, esquizofrénico, misógino y, sobre todo, cobarde, no sólo arremete contra el actual gobierno por no estar de acuerdo con sus políticas públicas, también se mete en situaciones personales con integrantes del mismo.

Lo lamentable, además de sus aseveraciones cobardes y mezquinas, propias de un ser desadaptado, es que las hace sin el menor recato y sin aportar prueba alguna.

Sólo un ser despreciable, independientemente de la veracidad de sus afirmaciones, utiliza situaciones personales para descalificar a otros. A falta de argumentos sólidos opta por el ataque cobarde.

A los servidores públicos se les debe juzgar por sus actos dentro de la función pública, por sus buenas o malas decisiones en el ejercicio del poder, pero no por sus actos que forman parte de su vida privada, la cual deber ser respetada como un derecho fundamental de todo ser humano. Tipo ofensivo, quien siempre acude a las descalificaciones para ocultar sus complejos y una falta de capacidad evidente al momento de defender sus ideas. Se vale luchar por ideales y por aquello con lo que no se coincide, pero sin ofender, denostar ni agraviar.

Tipo soberbio que reta a diestra y siniestra a sus adversarios con majaderías, le da lo mismo si se trata de Alfonso Romo o una dama como Tatiana Clouthier. Siempre con un mensaje iracundo, violento, aparece en sus videos en redes sociales fuera de sus casillas, desquiciado para decirlo con claridad.

Si este tipo es la oposición al actual gobierno, él y sus seguidores simplemente no le tienen miedo al ridículo. Por eso no existe hoy un verdadero contrapeso al actual gobierno. En efecto, los bloques opositores que han querido hacer frente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, carecen de rigor ideológico, ideas claras y una verdadera autoridad moral.

Cómo podemos tomar en serio a un Felipe Calderón, que está en espera de las declaraciones de su exsecretario de Seguridad Pública, preso en los Estados Unidos, acusado de narcotráfico. 

Qué decir de un PRI, que no se explica por qué no deja de pasear al muerto en lugar de ya enterrarlo. Un PAN desarticulado, integrado por gobernadores que están siendo señalados por haber cometido actos de corrupción, sin un liderazgo claro, popular e inobjetable. Cómo estará la cosa, que volvió a aparecer en escena Ricardo Anaya.

Y la cereza en el pastel es este tipo sacado de una película de Pedro Almodóvar, Gilberto Lozano. Sí, claro, de una de las peores producciones del director español.

Esta caricatura de oposición no llegará a ningún lado, debe replantearse su papel y sus cabezas, ya que con tipos como Lozano nada lograrán. Sólo los llevará a hacer aún más el ridículo y a poner en evidencia sus miserias, sus carencias y la falta de cuadros sólidos.

De verdad Gilberto, ten tantita vergüenza y de vez en cuando no te haría mal tener un poco de pudor ante el ridículo que haces.

 

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
OLABORADOR
@116GMAIL