COLUMNA INVITADA

Gestión urbana y la cooperación internacional

El Canciller también informó, que México está promoviendo, junto con otros países de América Latina y el mundo, así como con la CEPAL

OPINIÓN

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Ignacio Cabrera/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

En los últimos días, se llevaron a cabo dos eventos de gran trascendencia para nuestro país. La  inauguración del Common Action Forum “Nuevas dinámicas entre la gestión urbana y la cooperación internacional en el contexto del COVID19” evento en el que participó, el Canciller Marcelo Ebrard y el Gobernador de Chiapas, junto con miembros de  comunidades indígenas, así como de diferentes personalidades del mundo de la academia. Se recordó que el territorio depende de la interacción entre las actividades  económicas y la cultura social, es decir, el conjunto de variables económicas, humanas, institucionales y culturales que condicionan las características de la estructura productiva y social, ante la nueva normalidad.

El Canciller también informó, que México está promoviendo, junto con otros países de América Latina y el mundo, así como con la CEPAL, que la ONU se ocupe de la recuperación económica y la inversión, posterior a la pandemia, para no incrementar las brechas de pobreza y desigualdad en el mundo. Esta iniciativa propone que en 2021 se lleve a cabo una Asamblea General Extraordinaria para llegar a un consenso sobre lo que es necesario hacer para recuperar el crecimiento económico y reducir el impacto social de la crisis sanitaria por COVID19.

El ordenamiento territorial, es una estrategia de planificación que sirve para ordenar mediante decisiones, consensos y negociaciones –desde la sociedad civil y desde la política- lo que el hombre ha desordenado, poniendo en riesgo el desarrollo sostenible, la calidad de vida, y la vida misma.

El desorden y sus efectos se acentúan desde la globalización por la riqueza del suelo, del espacio, de los mares, del mercado, del conocimiento, convirtiendo el planeta en objeto de feroz explotación. Para la nueva normalidad, tendremos que recordar que el ordenamiento debe hacerse participativamente desde la comunidad y el municipio, fortaleciendo la identidad cultural y el desarrollo territorial, entendido este como desarrollo económicamente competitivo, socialmente justo, ambientalmente sostenible, regionalmente armónico, atendiendo a la diversidad cultural y físico-geográfica de nuestro país.

En sentido elemental el territorio es el entorno donde el hombre se asienta para vivir y para reproducir las condiciones objetivas de la vida. Comprende por lo tanto, el suelo, el espacio, la cultura, la economía, la política. Su desarrollo depende, de la interacción entre la actividad económica  y la cultura social, es decir, el conjunto de variables económicas, humanas, institucionales y culturales que condicionan las características de la estructura productiva y social, las relaciones entre los seres humanos, las articulaciones entre las empresas, las capacidades profesionales, los procesos de socialización y las expectativas de las nuevas generaciones.

En México,  la pérdida de suelo agrícola, junto con la deforestación y defaunación, tiene efectos multiplicadores en el entorno ambiental. La desaparición de especies vegetales y animales, así como de las condiciones ecosistémicas originales reduce y fragmenta progresivamente su espacio vital. La intensidad de urbanización de México se caracteriza por tener una población urbana de aproximadamente 75%, con una tasa de crecimiento urbano de 1.5, la tercera más grande después de África con 3.2 y Asia 2.5. De 365 asentamientos humanos, 30 son mayores de 500,000 habitantes según la Sedesol, 2001.

Por lo anterior y dadas las particularidades locales de la biodiversidad, así como la dependencia productiva de ella, los esquemas de expansión urbana representan un factor creciente de riesgo y vulnerabilidad. Por otro lado, la expansión urbana tampoco asegura las mínimas  condiciones económicas de la población ya que 72.2% de las unidades territoriales urbanas se encuentran dentro del rango alto y muy alto de marginación, equivalente a más de 17 millones de personas.

Es importante mencionar  entonces; que las políticas de desarrollo rural no han generado las condiciones para dinamizar al sector agrícola y con ello arraigar a su población y segundo, que las políticas de desarrollo urbano se han caracterizado por ser deficientes en materia de control y ordenamiento territorial-urbano, así como por su orientación a priorizar a grupos empresariales inmobiliarios de cualquier nivel.

 

POR IGNACIO CABRERA
DIRECTOR GENERAL DE DIPLOMACIA TURÍSTICA-SRE
LCABRERA_F2000@YAHOO.COM