Al COVID-19 no le importa el fuero, tanto que dos legisladores mexicanos ya perdieron la vida y hoy, en un hecho sin precedentes, inicia una nueva era en el Congreso de la Unión con las sesiones semipresenciales en la Cámara de Diputados.
La idea de esta nueva modalidad es frenar la ola de infecciones que puso en jaque a legisladores, con 64 contagios confirmados en el recinto de San Lázaro.
Como es de todos sabido, la pandemia provocó la muerte de Miguel Acundo González, diputado del PES, el 15 de septiembre, pero también la del senador morenista Joel Molina Ramírez, apenas el pasado sábado.
Entre ambas cámaras se han registrado 660 trabajadores administrativos y de intendencia contagiados, razón por la que la Mesa Directiva de la Cámara Baja acordó modificar el esquema de las sesiones.
Hoy, el pleno se realizará por primera vez en una sesión semipresencial. Sólo habrá un máximo de 129 diputadas y diputados en el salón de plenos y el resto se conectará vía remota.
Se acordó, además, que la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 no se hará en una sola sesión maratónica.
La diputada Dulce María Sauri, presidenta de la Cámara, me dijo ayer que la discusión se realizará durante “dos o tres días”, en sesiones que no duren más de 5 horas.
Por lo que hace al trabajo remoto, todos los legisladores cuentan ya con un celular que les permitirá pasar lista y votar a distancia.
En cuanto a las pruebas para detectar el virus, la diputada me comentó que se han aplicado 10 mil 262 a legisladores y al personal.
Hasta ahí las medidas que adoptaron los diputados, mientras que los senadores también le entraron al tema de las pruebas masivas, pero todavía sin modificar el método de las sesiones.
Eduardo Ramírez, presidente del Senado, me comentó que las reformas que apruebe el Congreso mediante un procedimiento híbrido, no tendrían efectos jurídicos y podrían ser impugnados ante la Suprema Corte.
Argumentó que no se han aprobado las reformas que permitan el Congreso Digital o un procedimiento híbrido. El tema, me dijo, se discutirá en el Senado la próxima semana, una vez que se voten la Ley de Ingresos y la Ley de Marina Mercante.
Siendo así, de una u otra forma el Congreso se está adaptando a la nueva realidad sanitaria en México. A lo que ni legisladores ni ciudadanos nos podemos adaptar es a la información contradictoria surgida del gobierno federal en torno a las cifras de contagios y muertes en México.
Hay expertos que hablan ya de más de 200 mil fallecidos, mientras que la cifra de Hugo López-Gatell no llega ni a los 100 mil.
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Y a propósito del subsecretario López-Gatell, en el ámbito de la salud pública empiezan a cuestionar al gobierno sobre su campaña contra las drogas que se transmite actualmente por todos los medios de comunicación.
No está mal que la 4T se preocupe por un fenómeno que afecta sobremanera a la población, el problema radica en que el COVID-19 está a punto de convertirse en la causa número uno de muertes en el país y no hay una campaña tan agresiva para frenar los contagios.
Por ejemplo, si se hace una revisión en televisión abierta cualquiera podría percatarse de que los anuncios contra las drogas se cuentan por docenas contra cero anuncios relacionados con la pandemia en curso.
Nadie en el gobierno se preocupa por promover el uso del cobre bocas, por ejemplo.
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En una de las reuniones de gabinete recientes, el presidente Lópoez Obrador dijo que él será el primero en ponerse la vacuna contra COVID-19 cuando llegue a México. Lo hará en la mañanera, frente a las cámaras de televisión, adelantó a su equipo de trabajo más cercano.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ