HISTORIA DE LO INMEDIATO

Ebrard, presidente

Por más que Delgado declare que no hay 2024 sin el 2021 y que actuará con imparcialidad como presidente de Morena en la definición de la candidatura presidencial, el proyecto de Ebrard se anotó una victoria estratégica

OPINIÓN

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La victoria de Mario Delgado como presidente de Morena esclarece, y por eso mismo enrarece también, el escenario hacia la elección no de 2021 sino de 2024 y consolida el proyecto presidencial del canciller Marcelo Ebrard, en detrimento de Claudia Sheimbaum, derrotada junto con Porfirio Muñoz Ledo.

      Por más que Delgado declare que no hay 2024 sin el 2021 y que actuará con imparcialidad como presidente de Morena en la definición de la candidatura presidencial, el proyecto de Ebrard se anotó una victoria estratégica en la prematura disputa por la sucesión de Andrés Manuel López Obrador.

Tras la elección de 2006, López Obrador y Ebrard pactaron que el candidato en 2012 sería quien estuviera arriba en las encuestas y, aunque por pequeño margen, ganó el primero. Perseguido por Enrique Peña Nieto, el canciller no construyó para 2018, pero ahora no tiene obstáculo desde el poder.

Ebrard tiene, desde ahora, prácticamente configurada la coalición de partidos que, con toda claridad, lo apoyarán para el 2024, además del presidente de Morena: El PVEM, que en 1997 lo hizo diputado federal, y los tres nuevos, con los que tiene fuertes nexos políticos.

 Redes Sociales Progresistas está formalmente encabezado por Fernando González, pero el poder político es de Elba Esther Gordillo, quien desde el salinismo tuvo una estrecha relación con Manuel Camacho Solís, el mentor de Ebrard. Ambos no lograron convencer a López Obrador, en 2006, se hacer alianza y la operación electoral del magisterio se fue con Felipe Calderón.

         Fuerza Social por México, que formalmente encabeza el sindicalista Pedro Haces, es en realidad un partido de Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores de Morena que trabaja para Ebrard, aunque él se promueva también como aspirante. El hipotético triunfo del canciller lo llevaría al gabinete y dejaría su proyecto a jefe de gobierno a Delgado.

Y Encuentro Solidario, el tercer partido con nuevo registro, es otro aliado de Ebrard: Su presidente, Hugo Eric Flores, fue su director general de Gobierno en la Ciudad de México y, aunque proyecta como candidato presidencial al gobernador de Morelos, el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, terminaría apoyando al canciller.

         Claro que Morena es, pese a todos sus conflictos y desorden estructural, la principal fuerza por tener el sello de López Obrador y por eso el triunfo de Delgado es estratégico, pero la elección de 2021 definirá cuánto vale cada una de las tres nuevas fuerzas que, por ley deben participar con solas y obtener, al menos, 3 por ciento de los votos válidos.

         Esta sola variable gravitará en el resultado que obtenga Morena en la elección federal de 2021, porque los tres partidos buscarán su respectiva votación entre el lopezobradorismo, un mismo pastel del que también quieren su rebanada el PVEM y el Partido del Trabajo.

Así, con estas fuerzas políticas a su favor, Ebrard consolida su proyecto presidencial, visto también con simpatía por los factores de poder económico y oligárquico que ambicionan que tome distancia de posturas de López Obrador, como ocurrió cuando sucedió a éste en la Ciudad de México, en 2006.

Obviamente, desde dentro de Morena y desde la oposición, buscarán descarrilar a Ebrard, definido por sus antagonistas como parte de la “extrema derecha” y del poder del dinero que ya ha generado una “resistencia” en su contra por el sector de la izquierda que el lenguaje priista llama “los duros”.

 Si Delgado, quien con Camacho y Ebrard crearon en 1999-2000 el efímero Partido del Centro Democrático, tiene éxito en la elección de 2021 con su modelo de seleccionar a los candidatos mediante encuestas, él mismo se colocará como prospecto sólido a jefe de gobierno.

Por eso la principal dificultad para Ebrard, antes de resultar candidato, es convencer o vencer las resistencias internas en Morena, donde las gestiones de Sheimbaum y de él darán lugar a una enconada disputa interna sobre, por ejemplo, la corrupción...

 

POR ÁLVARO DELGADO
ALVARO.DELGADO@PROCESO.COM.MX
@ALVARO_DELGADO