LA ENCERRONA

La vía es la democracia

Estas jornadas electorales se llevaron a cabo sin sorpresas, en ambos estados la victoria fue para el PRI, en donde han festejado mucho esos resultados

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El domingo pasado estuvo lleno de intensa actividad en materia electoral. En nuestro país se dieron los comicios para la renovación del congreso local en Coahuila y de munícipes en el estado de Hidalgo. Estas jornadas electorales se llevaron a cabo sin sorpresas, en ambos estados la victoria fue para el PRI, en donde han festejado mucho esos resultados, aunque realmente no cambia casi nada para el panorama electoral en 2021 ni al interior de la organización política. Por su parte, Morena exhibió sus problemas internos, se notó de manera clara que no pusieron atención en el proceso por estar ensimismados con la resolución de su dirigencia, y por esto se dice que ya hubo regaño desde Palacio Nacional para Ramírez Cuéllar.

Sin embargo, donde hubo mayor expectativa fue en las elecciones del Estado Plurinacional de Bolivia, donde el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, se llevó la contienda en contra de Carlos Mesa, del partido Comunidad Ciudadana (CC), y aunque aún no se ha dado el resultado oficial con el cien por ciento de boletas escrutadas, el resultado ya es inamovible. Arce, del partido de Evo Morales y quien en su gobierno fungió como ministro de economía durante el periodo de 2006 a 2019, se le atribuye el “milagro económico boliviano”, pues se consiguió apartar de la pobreza a 3 millones de bolivianos.

Aunque estos resultados solo muestran las cifras frías, detrás de estos comicios electorales existe una novela llena de pasajes turbios. Conocemos bien que Evo Morales, quien estuvo al frente del gobierno boliviano desde enero de 2006 hasta el 10 noviembre de 2019, fecha en que posterior a la elecciones para su cuarto mandato y por señalamientos de fraude en éstas, tuvo que renunciar y salir de su país, pasando por Argentina y desde donde el gobierno de la 4T fue por él para recibirlo en nuestro territorio y, en medio de posturas encontradas por este acto de la administración de López Obrador, posteriormente, lo retornaron a Argentina donde permanecerá seguramente hasta la declaratoria oficial de la elección de Luis Arce y pueda regresar a su país.

Asimismo, durante la ausencia del líder cocalero, la división del país andino se incrementó hasta llegar a los extremos de realizar un golpe de Estado (tiene los elementos para serlo), propinado por el ejército y la oposición encarnada por la vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, desatando una serie de manifestaciones por parte de la ciudadanía, quien estaba a favor de Morales, mismas que fueron reprimidas por el propio ejército. La comunidad internacional también se polarizó en torno a la situación en Bolivia, mientras países como Argentina, México, España se pronunciaron en contra del golpe de Estado, otros tantos como Estados Unidos, Brasil y la Organización de Estados Americanos (OEA) estuvieron a favor de que Áñez asumiera el interinato.

Así, parece que la novela boliviana ha llegado a su fin o al menos se cerró un capítulo duro en su historia. El MAS seguirá en el poder y veremos si realmente Luis Arce logra independencia de acción o estará atado a los hilos de Morales. Otro reto importante que enfrentará el nuevo titular del ejecutivo será el sanar las heridas que dejó esta polarización entre la ciudadanía andina, además de las crisis económicas y de salud derivadas de la Covid-19. Esta jornada electoral nos recuerda aquella frase de Churchill “...la democracia es la peor forma de Gobierno, excepto todas las demás formas que han sido intentadas”.

 

POR ADRIANA SARUR

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