Si el nombre, el prestigio y la imagen de las fuerzas armadas ya estaba medio deteriorada -por la participación de algunos de sus integrantes en actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico y por la violación de derechos humanos en casos como Aguas Blancas, Tlatlaya, Ayotzinapa y otros penosos casos-, después de la detención en Estados Unidos del ex secretario de Defensa, Salvador Cienfuegos, esas virtudes podrían quedar por los suelos, lo cual sería muy preocupante porque con ello se estaría atentando contra el origen, la tradición, el presente y el futuro del Ejército Mexicano.
Más preocupante aún, que sean nuestros vecinos quienes investiguen y nos informen sobre tan penosos acontecimientos, pues confirma que seguimos y seguiremos siendo una de las más altas prioridades en sus planes de propaganda, penetración, espionaje, manipulación, desarrollados por expertos civiles y militares de Estados Unidos.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador afirmó que es "muy lamentable que un exsecretario de la Defensa sea detenido, acusado por vínculos con el narcotráfico”.
Señaló que “estamos ante una situación inédita porque está detenido por la misma acusación el que fue secretario de seguridad pública de Felipe Calderón y ahora detienen al que fue secretario de la Defensa en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Esto es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen. De cómo se fue degradando la función pública durante el periodo neoliberal.
Yo siempre dije que no era sólo una crisis (sino) que era una decadencia que se padecía.
Un proceso de degradación progresiva y estamos ahora constatando la profundidad de esta descomposición que se fue gestando de tiempo atrás.
Ojalá que esto sirva para comprender que el principal problema de México es la corrupción. Y lanzó la siguiente advertencia:
"Todos los que resulten involucrados en este otro asunto del general Cienfuegos, que estén actuando en el gobierno, en la Secretaría de la Defensa, van a ser suspendidos, retirados y si es el caso, puestos a disposición de las autoridades".
Le faltó aclarar a disposición de cuáles autoridades, si las de México o de los Estados Unidos.
Más allá de lo inédito, del proceso de degradación progresiva, de la profundidad de la descomposición, de la decadencia y de la corrupción que engendraron los gobiernos neoliberales y que alcanzó a integrantes de las fuerzas armadas, al Jefe del Ejecutivo debería preocuparle, como expresamos al principio del comentario, el nombre, el prestigio, la imagen, el presente y el futuro del Ejército Mexicano.
No hay que olvidar que el Ejército es parte del gobierno y es una de las instituciones nacionales, apuntan los observadores.
POR LUIS SOTO
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