Seis personas que perdieron la vida el pasado lunes 16 de septiembre por el desgajamiento de un cerro en la colonia Los Cuartos II del municipio de Naucalpan, en el Estado de México, fueron sepultados este jueves en el Panteón San Andrés Atoto.
Decenas de motocicletas, en cuya vanguardia se observaban las fotografías de las víctimas, participaron en el cortejo fúnebre hacia el cementerio donde descansarán los cuerpos de las víctimas de las fuertes lluvias registradas en la zona durante los días pasados.
Las seis personas fueron veladas un día antes en una base de combis de transporte público, un lugar improvisado por los vecinos para recibir a los deudos y brindarles un último adiós. La comunidad se unió para apoyar a las familias en estos difíciles momentos, organizando los funerales y ofreciendo consuelo.
Por su parte, el oficial de Bomberos y Protección Civil de Naucalpan, Jorge Arce, quien perdió la vida en labores de rescate, recibió honores fúnebres y fue despedido con profundo respeto por sus compañeros.
En Jilotzingo continúa búsqueda de desaparecidos
Mientras tanto en Jilotzingo, donde se reportó también un deslave el viernes 13 de septiembre, la búsqueda de desaparecidos continúa. Las autoridades localizaron este miércoles el cuerpo de Fabián Urbina, un trabajador de la construcción que se encontraba desaparecido, pero aún buscan a otro hombre identificado como Silvino.
Las autoridades locales han iniciado el desalojo de familias cuyos hogares se encuentran en zonas de alto riesgo, ante el peligro inminente de nuevos derrumbes. Una de las vecinas afectadas narró a medios que no quería abandonar su domicilio pero fue convencida por los militares que le explicaron la magnitud del riesgo.
Piden a las autoridades certezas
La lluvia constante y las tormentas eléctricas han agravado la situación, provocando amenaza de nuevos deslaves y aumentando el riesgo para la población. Los habitantes de Jilotzingo esperan con ansias que las lluvias cesen y poder regresar a sus hogares, pero reconocen que la situación es precaria y que la amenaza de nuevos desastres sigue latente.
Por ello demandaron a las autoridades que revisen bien cuál es la situación de sus domicilios, de modo que tengan certeza de que su patrimonio y, lo más importante, su integridad física, estén a salvo.
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