Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó un hallazgo inusual al acudir al panteón de Xilotepec, en Xochimilco, para investigar el origen de silbidos tan potentes que parecían humanos, los cuales se escuchaban entre las tumbas, pues encontraron una especie nunca antes vista en la capital del país.
El hallazgo fue realizado en julio de 2023 por estos biólogos de la UNAM y consistió en descubrir la presencia de una especie de rana, conocida como rana fisgona (Eleutherodactylus nitidus), la cual nunca había sido vista en la Ciudad de México.
“En el panteón, cada que escuchábamos un canto nos acercábamos con lentitud. Fue difícil detectar de dónde provenía el silbido, por la acústica del sitio era fácil desorientarse. Nos tomó un par de días colectar un ejemplar. Cuando lo atrapamos, lo transportamos a nuestro laboratorio para proceder con los estudios pertinentes”, señaló Uri García, uno de los científicos, en un artículo publicado por la Gaceta de la UNAM.
Es habitual su presencia en zonas más cálidas
Esta pequeña anfibia, caracterizada por su potente silbido, ha sido detectada después de este primer evento en lugares tan diversos como el panteón de Xochimilco, el mercado de plantas Madreselva y el bosque de Nativitas, a pesar de que habitualmente se encuentra en zonas más cálidas.
“Se trata de una especie endémica de México distribuida, principalmente, en los estados de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Estado de México y Morelos, sobre todo en lugares tropicales. Lo más característico de esta rana es cómo los machos atraen a las hembras, pues emplean un silbido muy nítido que a veces la gente confunde con insectos. Es capaz de camuflarse con el entorno y suele ubicársele entre la vegetación o en lugares rocosos”, afirmó Uri García.
La rana fisgona se caracteriza por su reproducción directa, es decir, sus huevos eclosionan en ranitas completamente formadas, sin pasar por la fase de renacuajo. Esta característica le permite adaptarse a una amplia variedad de hábitats, incluyendo zonas urbanas.
Indagan cómo llegó hasta la Ciudad de México
El descubrimiento de esta especie en la Ciudad de México plantea diversas interrogantes para los científicos. Una de las principales es cómo llegó esta rana a un entorno tan urbanizado y si su presencia podría afectar a otras especies locales, como la rana del Pedregal, endémica de la zona.
Los investigadores de la UNAM sugieren que la rana fisgona podría haber llegado a la capital a través de plantas ornamentales traídas de otras regiones del país y que se comercializan en los mercados de la región, o que podría haber estado presente desde hace tiempo pero no había sido detectada.
Los investigadores continúan trabajando para localizar ejemplares aunque remarcan “complicaciones con los permisos y la inseguridad, ya que para colectar los ejemplares debemos buscarlos en la noche y hay gente que no entiende qué estamos haciendo. Debemos andar siempre con cuidado”.