"No se pueden extrapolar experiencias", fueron las palabras con las que el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó establecer una dinámica de cero tolerancia contra el crimen similar a la que se estableció en el gobierno de El Salvador, liderado por Nayib Bukele.
Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, indicó que para su gobierno es necesario y una prioridad atender las causas de la violencia en lugar de buscar llevar a cabo un combate directo en contra de los delincuentes.
"Estoy convencido de que el ser humano no es malo por naturaleza; no nacemos malos, son las circunstancias las que llevan a algunos a tomar el camino y las conductas antisociales".
“La paz es fruto de la justicia”, expresó en el salón Tesorería de Palacio Nacional.
AMLO respeta el trabajo de Bukele
El mandatario dijo que es indispensables que la gente viva con bienestar a través de salarios justos, la lucha contra la corrupción, garantizar la educación, la salud y la seguridad pública.
"Hay quienes sostienen que lo más eficaz es la mano dura; las medidas coercitivas".
Rechazó que fuera necesario crear más cárceles, endurecer las leyes o tomar decisiones de mayor energía contra los infractores de la norma legal y no respetar los derechos humanos.
"No ha sido fácil porque no se atendieron las causas durante mucho tiempo. Se abandonó a los jóvenes"
López Obrador dijo que mantendrá la política de seguridad del país, las cuales deben centrarse en evitar que la gente tome la opción de actuar en contra de la sociedad debido a sus condiciones de vida.
Dijo además que no cuestiona a su homólogo, debido a que respeta su libertad para dirigir al país y atender los problemas que enfrentan los salvadoreños con relación a sus circunstancias.
La estrategia de Nayib Bukele contra el crimen
Durante los últimos años, el presidente de El Salvador ha establecido una guerra en contra de las pandillas que operan en la nación sudamericana. La persecución de los presuntos delincuentes se ha llevado a cabo por medio de la identificación y el arresto de personas con tatuajes alusivos a estos grupos criminales.
Estas personas son consideradas de alta peligrosidad, por lo que fueron llevados al Centro de confinamiento del Terrorismo, un centro penitenciario en el que se puede alberga a más de 40 mil de pandilleros en condiciones que han sido criticadas por los organismos internacionales de derechos humanos.
Además de esto, el sudamericano ordenó la destrucción de las lápidas en las que se incluyan símbolos que recuerden a estos grupos que ocasionaron diversos homicidios, robos, secuestros y violaciones a lo largo de toda esa nación.
De acuerdo con los datos del gobierno de Bukele, se han capturado a más de 65 mil supuestos pandilleros. La política del líder de El Salvador ha llevado al punto de que los líderes de estos grupos criminales han buscado establecer un diálogo para evitar sus prácticas en contra de la ley. Su administración presume también haber reducido sistemáticamente el número de homicidios en esta región.
Con información de Noemí Gutiérrez