El arribo de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos por segunda ocasión, marca un antes y un después; a nadie sorprendió el estilo agresivo del mandatario cuando una vez que logró el triunfo en la contienda electoral, se lanzó con amenazas contra México, Canadá, Panamá y China.
Ante una comunicación disruptiva que rompió en dos semanas los esquemas innovadores que evolucionaron los medios y canales de comunicación en la última década, hoy nos enfrentamos a un sismo que rompe esquemas y nos lleva a actuar con inteligencia, prudencia pero, sobre todo, con transparencia, claridad e inmediatez.
En tiempos de crisis, la comunicación nos permite establecer puentes de diálogo y entendimiento, facilitando la colaboración y la búsqueda de soluciones conjuntas. Las crisis en nuestros días no son fenómenos esporádicos o aislados. Están dentro de la lógica de nuestra sociedad, por lo que no podemos tratarlas como eventos excepcionales. Su naturaleza es inherente a las dinámicas humanas, sociales y organizacionales.
Lo sucedido el pasado fin de semana, ante el anuncio del Gobierno de los Estados Unidos de aplicación de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá; y del 10% a productos procedentes de China, son acciones que más allá de la amenaza tienden a desestabilizar y romper las zonas de confort, que han llevado a los países a observarse como actores no colaborativos en un entorno comercial.
Hoy nos encontramos ante el uso de la comunicación como una herramienta de presión evidente y pública por parte del Presidente de los Estados Unidos, que se mantendrá por al menos cuatro años; periodo en el que debemos tener paciencia e inteligencia, como ejes de nuestra estrategia y mensajes.
#COMUNICACiONENTIEMPOSDECRISIS
X: @Fernando_MoraG
- Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana.
- Presidente de la Fundación Fernando Mora Gómez para la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información.
EEZ