La vida de Mauricio Sulaimán está tan ligada al deporte que difícilmente puede imaginar algún destino que lo mantenga alejado de los encordados, las canchas y los marcadores. Una de las profesiones que le vienen a la mente cuando le preguntan a qué se hubiera dedicado en caso de no ser el titular del Consejo Mundial de Boxeo, es la de entrenador de beisbol, en específico de los Cincinati Reds en las Grandes Ligas.
Aunque la dinastía que ahora encabeza es reconocida por impulsar a las figuras más importantes en el box, Mauricio reconoce que la afición de su familia está ligada a lo que sucede dentro del diamantes, gracias a la herencia de José Sulaimán.
Su verdadera afición es el beisbol
"El beisbol es el deporte de los Sulaimán, mi papá fue un gran pelotero, nosotros, los cuatro hermanos jugamos beis en la Liga Lindavista", dice el empresario al recordar la fuente de su amor por el equipo de Cincinati, de su histórico receptor Johnny Bench y la tradición familiar de pasar al menos tres veces a la semana entrenando para esta actividad.
Su posición favorita desde pequeño, cuenta, era la de pitcher, ya que en ella había cosechado tanta experiencia que aprendió a lanzar curvas a una corta edad. Pese a este talento, don José Sulaimán le impidió usar este tipo de tiro, ya que ponía en riesgo su estructura ósea en el codo y en el hombro, la cual no había terminado de desarrollar.
No obstante, cuando su papá salía de viaje, el pequeño Mauricio se dedicaba a desobedecer las órdenes y se lucía ponchando a los rivales con su arma prohibida. La rebeldía le costó caro, debido a que sufrió su primera lesión importante a los 10 años de edad, por lo que tuvo que retirarse unos meses. Su mejor temporada, presume, fue tres años después, cuando estuvo cerca de alcanzar un campeonato, pero el demonio en forma de traumatismo le arrebató esa posibilidad.
José Sulaimán fue un gran consejero
La promoción y representación en el boxeo es una labor que Mauricio Sulaimán confiesa no pudo haber consolidado de no haber tenido la influencia de su padre, de quien recuerda siempre tuvo tres consejos para las personas que se situaban justo a un lado del ring durante las peleas.
- Si tienes una bebida, agua o café, tápala con papel p lo que sea porque ahí te salpica de todo, sangre, sudor y otras cosas.
- Nunca abras la boca, no tenerla abierta.
- No ver a las edecanes porque tu esposa o tu novia siempre te va a estar checando.
Su entrada al deporte se dio para ayudar a don José, quitarle una carga de trabajo y además pasar un tiempo a su lado. Sus labores iniciaron tomando recados y contestando teléfonos. El estar al pendiente de todas las cosas que pasaban dentro del Consejo Mundial de Boxeo hizo que su padre viera en él la posibilidad de que estudiara Administración de empresas.
Una vez que terminó la carrera, Mauricio trabajó en la fábrica de la familia. Nunca fue el plan de ninguno de los dos que se convirtiera en su sucesor en el boxeo; sin embargo, el destino lo puso en el lugar correcto para convertirse en una de las figuras más importantes del deporte.
"Nunca me di cuenta, la verdad fue algo fortuito y aquí estoy".
El Consejo Mundial de Boxeo es un reto constante
Pese a que lleva carios años al frente del Consejo, asegura que aún sigue aprendiendo a cómo ser el presidente del organismo. Los primeros meses, dice, fueron tersos gracias al camino que había labrado su progenitor antes de morir. Aunque todos lo recibieron con los brazos abiertos y aprendió todo del señor José, no pudo entender la magnitud de su trabajo hasta que le tocó experimentarlo en carne viva.
"Nos dejó al mundo con los brazos abiertos, los promotores, los boxeadores, los medios de comunicación"
Una de las enseñanzas que le ha dejado todo este camino es que el deporte aficionado es la base de cualquier disciplina. Narra que a los 12 años pudo representar a México en beisbol en un torneo que tuvo sede en Panamá y en el cual quedó en cuatro lugar.
"Yo siento que hay una gran, gran distancia entre lo que el atleta necesita, lo que el atleta hace y lo que requiere para llegar a niveles importantes".
Lamenta que el deporte no es lo suficientemente apoyado en la sociedad, debido a que aunque ha logrado cambiar la vida de las personas y alejarlas del crimen o las adicciones, no se le brinda el impulso necesario. Esto, asegura, lleva a un gasto altísimo para la nación.
"Cambia por completo él, su familia y el efecto que tiene ante su colonia, su cuadra, su estado, su municipio, su país".
Busca mejorar el mundo desde su trinchera
"Andamos siempre ahí de metiches en todo. Nos encanta salir adelante y hacer cosas que no se hacen", es la frase con la que el presidente del Consejo Mundial de Boxeo define la postura que sigue su gestión para apoyar a la sociedad y a los jóvenes.
Destaca la existencia del programa Knockout: No Tires la Toalla, el cual ha servido para llegar a los centros penitenciarios para que las personas privadas de la libertad reciban acompañamiento psicológico y entrenamiento de box durante tres meses. Califica los resultados de esta iniciativa como algo mágico que permite que la gente que sale de la cárcel lo haga con un documento que lo acredita como alguien capaz de trabajar, con un kit para practicar el deporte.
Por si fuera poco, lo egresados de este sistema también aprenden a establecer nuevas estrategias de comunicación con sus familiares. Entre las dinámicas que se presentan en este espacio menciona al Taller del perdón, el cual consiste en reformular las relaciones personales de estas personas.
"Tenemos unas pláticas contra las drogas, previniendo a los jóvenes, a los maestros, a los papas", asegura sobre la campaña que busca aportar su granito de arena para el combate contra el fentanilo, a la cual llamó la droga más adictiva de la humanidad.
Además de esto, presume los eventos en los que lleva a campeones del a escuelas y hospitales. En estos encuentros, asegura, hay una vibra especial, debido a que los boxeadores tienen la autoridad moral para hablar con la gente, debido a que les ha tocado sortear un camino donde las adicciones y la violencia eran el pan de cada día en sus comunidades.
No hay campeón sin suerte
Sulaimán considera que la oportunidad para los atletas debe venir acompañada por la suerte, debido a que hay muchos que pasan por sendas complicadas, pero estar en el lugar preciso en el momento correcto impulsa sus carreras, tal y como ocurre en cualquier disciplina.
"Lo que hemos hecho en el boxeo amateur es buscar oportunidad para los jóvenes a nivel nacional y en otros países".
El Consejo Mundial de Boxeo, comenta, busca establecer una plataforma que sea segura para que los atletas encuentren un punto de partida para cumplir sus ambiciones. Este escenario, comenta, permite que los practicantes entren a competencias juveniles, regionales y continentales.
"Quien tenga hambre, quien tenga sentido de que puede llegar a un lado, hay que buscar, hay que soñar, pero hay que salir a buscar la montaña, no va a venir a ti, hay que subirla".
El titular del CMB asegura que las críticas constructivas son las que más aprecia, debido a que le ayudan a aprender, sobre todo porque nunca ha buscado dañar a nadie cuando se ha equivocado.
"De las opiniones han salido acciones del Consejo Mundial y personales".
Asegura que su papel en la organización se centra en establecer un nexo con diversos organismos, gobiernos e inclusive con otros deportes. Además de esto, dice luchar por el combate a la discriminación y además promover a los atletas.
Sobre lo que cree que puede mejorar en el sector deportivo en el país es que el futbol suele quedarse con el mayor tiempo de pantalla, así como los patrocinios y la atención en general, pese a que hay deportes con buenos resultados y que merecen mayor difusión.
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