La llegada del Covid-19, ha sido uno de los eventos más importantes de los últimos tiempos. pues durante la pandemia esta enfermedad dejó a su paso una estela de devastación en la salud física, emocional y mental de las personas de México y el mundo. El aislamiento, la incertidumbre económica y el miedo al contagio llevó a un aumento significativo en la prevalencia de trastornos psicosociales como el estrés, la ansiedad y la depresión.
Hay que señalar que la depresión es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad, género, raza o condición social. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra, pero se caracterizan principalmente por la tristeza persistente y la pérdida de interés en las actividades cotidianas.
En México, según un estudio realizado por los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, y de ellos, el 1 por ciento son casos severos. Esto significa que la depresión es un problema de salud importante en el país, que requiere de atención y tratamiento adecuados para poder enfrentarlo de manera efectiva.
A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la depresión afecta a un 3.8 por ciento de la población, incluidos 5 por ciento de los adultos y 5.7 por ciento de los adultos de más de 60 años. Estos datos sumamente alarmantes, ya que significan que aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo padecen la enfermedad.
Periodismo de la más alta calidad: síguenos en el nuevo Google News Showcase
Ante ello, un grupo de académicos, investigadores y estudiantes del estado de Querétaro, se unieron para ofrecer a la sociedad una opción tecnológica para superar estos padecimientos englobados en la salud mental: la "vacuna contra la soledad".
Por tal motivo, el coordinador de la carrera de Ingeniería Electromecánica de la Universidad Autónoma de Querétaro, el doctor Luis Alberto Morales Hernández, explicó que desde hace aproximadamente 10 años comenzaron a trabajar en un dispositivo que pudiera medir los estados de ánimo de una persona.
in embargo, con la reciente crisis sanitaria, el proyecto dio un giro y se convirtió en un visor de realidad virtual con el cual, además de detectar sus emociones, los usuarios podrán ingresar a ambientes hiperreales que les ayudarán a tener la confianza para poder desenvolverse como lo hacían antes del confinamiento.
¿Cómo funciona la “vacuna contra la soledad”?
La “vacuna contra la soledad” se compone de un visor, un teléfono móvil, un lector de QR y un test previo con el que se determina cuál es el ambiente más adecuado para el tratamiento.
El dispositivo capta la frecuencia cardiaca y la temperatura, lo que permite evaluar el estado emocional del usuario en tiempo real. Si se observa una mejoría desde la primera sesión, se sabe que el tratamiento funcionará a largo plazo, de lo contrario, se cambia de ambiente.
En total, se realizan ocho sesiones, pero el equipo creador ha observado que a partir de la cuarta sesión el usuario presenta una mejoría significativa y ya empieza a controlar sus emociones. Morales Hernández destaca que se ha puesto énfasis en que primero los especialistas dominen el tratamiento, para posteriormente ponerlo al servicio de la sociedad.
Los ambientes hiperreales con los que trabaja el visor de realidad virtual son aquellos que ayudan a dar la fortaleza para salir al mundo exterior. Por ejemplo, los usuarios adultos pueden visitar lugares hiperreales donde primero encuentran poca gente y progresivamente van uniéndose más, con el objetivo de disminuir o quitar la angustia que actualmente le genera a muchas personas salir a la calle y estar en medio del bullicio, porque ya no están acostumbrados.
También existen ambientes construidos con objetos o situaciones que podrían significar recuerdos para las personas, algo con lo que se sientan identificados y que puedan ayudar a aliviar algún padecimiento psicosocial.
SIGUE LEYENDO
ISSSTE: la activación física constante a lo largo de la vida contribuye a prevenir depresión
La depresión no respeta condiciones económicas o sociales y debe atenderse ante profesionales